“Arrancamos con el objetivo de sembrar”
Afirmó Claudio Gariotti, profesor de tenis del club San Isidro, quien dejó en claro que lleva la docencia en la sangre y siempre apuesta por el crecimiento de su amado deporte, tanto en la enseñanza en sí misma como en el avance de la infraestructura de la institución adonde se encuentra trabajando.
Tirando siempre para adelante, con pasión, muchas ganas de trabajar y sumar cosas nuevas para que el tenis de San Isidro siga creciendo día a día, se mostró el profesor Claudio Gariotti, quien se encuentra muy a gusto enseñando su amado deporte en su regreso a la ciudad que lo vio nacer. "Arrancamos con el objetivo de sembrar", subrayó en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Además, en otra parte de la amena charla destacó: "Apuntamos a un cambio de cara en cuanto al concepto de hacer las cosas y no esperar que caigan del cielo".
Cómo nació el proyecto
"El armado de esto comenzó hace unos tres o cuatro años. Yo estaba radicado en Córdoba y armé un proyecto para volver a San Francisco partiendo desde el punto donde uno cree que puede ayudar. Entonces, lo primero que hice fue conseguir gente que pudiera estar conmigo y la verdad es que tuve mucha suerte de encontrar a Antonela Farichelli y Martín Boetto, que son los que arrancaron conmigo y que están en este equipo de trabajo", sostuvo Gariotti.
"Ambos son 'profes', son jóvenes y con ganas de aprender, mejorar y trabajar", resaltó.
"Primero comenzamos a trabajar en Antártida Argentina, pero por ahora ese proyecto está 'congelado'. Con 'Batato' (por Eduardo Pedrone, presidente de Antártida Argentina) empezamos a hablar del tema y arrancamos ahí con el semillero, es decir con los más chiquititos, con alumnos de cuatro y cinco años, entrenando en el salón del club, donde armamos una cancha de tenis", detalló.
Al tiempo que aclaró: "En Antártida hay un proyecto para construir tres canchas de tenis y eso está latente. En este año se complicó seguir ahí ya que con el coronavirus no se podía entrenar en un lugar cerrado".
"Después de Antártida nos fuimos a trabajar al Centro Médico y actualmente seguimos ahí, donde está como presidente Luciano Stoppani y nos da todo su apoyo, al igual de Fernando Prámparo, quien está a cargo del campo de deportes", añadió.
"Hasta fines de 2019 estábamos entrenando en Antártida y el Centro Médico, entonces yo estuve yendo y viniendo de Córdoba para acá. Y ya finalizando el año pasado decidí venir a San Francisco, donde tengo a mi familia", indicó.
"Después, cuando se pintó la cancha del Centro Médico, se le pidió a San Isidro si podíamos venir a practicar acá y de muy buena onda la comisión directiva de San Isidro aceptó. Entonces al volver al club luego de tantos años y ver cómo estaba, charlando con los dirigentes, ellos me plantearon ver qué se podía hacer, más allá de los 'profes' que estaban, ya que Pablo Grosso sigue trabajando acá", puntualizó.
Los objetivos que se plantearon
"Cuando comenzamos a trabajar en San Isidro apuntamos a un cambio de cara en cuanto al concepto de hacer las cosas y no esperar que caigan del cielo. Entonces, con mucho apoyo de los padres, amigos y alumnos míos, a los que ya le vengo dando clases a sus hijos, nos fuimos organizando y comenzamos a armar este proyecto donde la verdad que San Isidro se ha portado muy bien", aseguró Gariotti.
"Entonces empezamos a hacer distintas cosas, había que arreglar las canchas y las fuimos renovando un poco, se cambiaron las luces leed, eso fue aproximadamente el 15 de marzo y después ya se decretó la cuarentena. Pero bueno, es algo que ya se hizo, que ya está, y la gente hasta ahora respondió bien", destacó.
Al tiempo que enfatizó: "Nuestra enseñanza apunta a todo aquel que quiera jugar al tenis. Nosotros arrancamos básicamente con el objetivo de sembrar. El otro día estaba leyendo declaraciones de Alejandro Aimaretti (presidente de San Isidro) y decía que hay que pensar un club para dentro de cincuenta años, cuando nosotros no estemos más, y estoy totalmente de acuerdo con él. Estaría bueno que los políticos también pensaran así".
"Acá en San Isidro hoy hay tres canchas de tenis, alguna vez hubo siete y en su momento se sacaron cuatro de atrás cuando el club necesitaba tener un ingreso, entonces se hicieron canchas de fútbol. Mi meta personal, por lo que siento por el club, que ha sido 'el patio de mi casa', es recuperar esas cuatro canchas y gracias a Dios estamos por buen camino ya que se está construyendo una nueva en plena pandemia", subrayó.
Un poco de historia
"Trato de estar en todos los detalles para armar esto de una manera diferente. Hay una historia muy larga y muy grande en San Isidro. El tenis nació en el Sport, donde el primer profesor que hubo fue mi viejo, Oscar Gariotti, quien encabezó la primera escuela de tenis en la ciudad. A partir de ahí pasaron varias generaciones, después hubo una expansión del Sport que llegó acá cuando era presidente del club Carlos Cravero, otro nombre histórico ya que tanto él, su esposa Rita y todos sus hijos jugaron al tenis, más allá de Jorgelina Cravero, que fue jugadora profesional y hoy se encuentra en Estados Unidos enseñando todo lo que aprendió", argumentó Gariotti.
"Cuando el tenis se vino acá (por San Isidro) se comenzaron a hacer las primeras canchas, que son la número dos y la tres. Después se fue dando la historia, se hizo más grande, no sé si hablar a nivel competitivo, sino prefiero decir que algunos tuvimos la posibilidad de representar a San Isidro y a San Francisco en otros lugares", aseveró.
Conforme con su presente
"La verdad que estoy muy entusiasmado con lo que vengo haciendo acá en San Isidro ya que los dirigentes tienen mucho empuje, es todo a pulmón. También venimos trabajando bien en el Centro Médico. Además, por una cuestión de códigos, y de haber dado mi palabra, no voy a descartar nunca a Antártida Argentina porque la gente de ese club se ha portado realmente muy bien conmigo", dijo con énfasis.
"Tengo la suerte de trabajar y de haber pasado la mayor parte de mi vida en una cancha de tenis, como jugador primero, en principio amateur y después profesionalmente, y ahora como profesional de la enseñanza. La verdad que soy un agradecido por todo esto, porque no hay mucha gente que puede vivir de lo que ama. Valoro mucho la sonrisa de un chico, que el club siga avanzando, estoy muy agradecido a mi viejo por todo lo que me dio y también a toda la gente de San Francisco. Ojalá que vuelva el nivel que supimos tener alguna vez y todo lo que estamos haciendo hoy termine siento un homenaje para él (por su padre)", remarcó.
Por último, el experimentado profesor de tenis contó que "en mi regreso acá, antes que termine el año pasado, se acercó la gente de 9 de Julio Olímpico de Freyre para plantearme que vaya a seguir con el trabajo que se estaba realizando allá y me gustó la idea. La historia de 9 de Julio Olímpico comenzó con Silvia Bono, una gran amiga, después siguió la 'Pitu' (María Emilia) Salerni y ahora estoy yo tratando de aportar mi granito de arena".