Corazón, inteligencia y juego: las claves de Armando para que Sportivo gane
El director técnico Raúl Armando habló luego del partido e hizo un razonable análisis de la victoria de su equipo y explicó el "secreto" para el contraste que hubo entre el primer y segundo tiempo.
La charla técnica y el contraste con lo que
había sucedido en el primer tiempo entre Sportivo Belgrano y Gimnasia y Esgrima
de Concepción del Uruguay, fueron claves para que los jugadores hicieran su
propio clic y se quedaran con el partido.
Durante la conferencia posterior al encuentro, el director técnico de Sportivo, Raúl Armando, hizo un balance razonable de lo que pasó en la cancha y que refleja lo acontecido.
En primera instancia señaló que en la charla matutina les dio una indicación sencilla a sus dirigidos: "Les decía que este tipo de partidos se juegan con el corazón, el cerebro y nuestro juego que nos llevó a estar donde estamos".
No salieron las cosas, no al menos en los primeros 45 minutos, por eso en el entretiempo se vio obligado a repasar los mismos conceptos. "De las tres cosas solo estaban poniendo el corazón, faltaba la inteligencia y nuestro juego. En el segundo tiempo hicimos las tres cosas como lo habíamos hablado y creo que fuimos los justos ganadores", explicó.
Asimismo, resaltó que "hubo mérito del rival durante el primer tiempo porque hizo su juego de marcar a Sportivo y cortar los circuitos de juego", lo cual tiene un razonamiento lógico para Armando.
"Eso significa que nos respetan y ven muchísimo. El primer tiempo estuvimos 20 metros más atrás, después acomodamos todo. También creo que en el segundo tiempo ellos se cansaron un poco y eso nos dejó más espacios", subrayó.
Por último, se relajó y con calma dijo: "Me da mucho placer y satisfacción ver el equipo como juega aun en los momentos difíciles, fuimos un equipo duro, somos solidarios y a la hora de marcar somos firmes. Lo hicimos muy bien".
A su lado Tomás Attis lo escuchaba atentamente. La figura del partido recordó que "era un partido decisivo" y por eso no se adjudicó ni siquiera el grito desaforado de desahogo en su gol, sino que todos los compañeros se contagiaron.
"Lo gritamos todos por la situación, por cómo se estaba dando. En el primer tiempo nos faltaba dominar más la pelota y este era un partido clave que si ganábamos nos metíamos en zona de clasificación", expresó.
Con un estilo humilde contó que entiende que a cualquier "9" siempre lo miran (y lo miden) por los goles y "claro que quiere hacerlos", pero al mismo tiempo "quiere siempre ayudar al equipo" por sobre todas las cosas.
"Me entrego a los compañeros, les digo que tienen que hacerlo con la persona de al lado porque creo que los partidos como hoy donde nos vemos sometidos por el rival tarde o temprano se sacan adelante", cerró.