Cuando un 10 se va... queda un espacio vacío
Esta tarde se retira del futbol profesional Juan Pablo Francia, uno de los artesanos más eximios de la orfebrería de la pelota, un sobreviviente de una raza que fue erosionada por la histeria del resultadismo, que prostituyó el futbol-talento a cambio de ganar como sea, a cualquier costo, en detrimento de un juego más brillante, derivando en pura velocidad, mucha fuerza, desterrando la belleza, renunciando a la alegría, atrofiando la fantasía y prohibiendo la osadía.
Por Mario "Pepe" Tranquilli
Esta tarde se retira del futbol profesional Juan Pablo Francia, uno de los artesanos más eximios de la orfebrería de la pelota, un sobreviviente de una raza que fue erosionada por la histeria del resultadismo, que prostituyó el futbol-talento a cambio de ganar como sea, a cualquier costo, en detrimento de un juego más brillante, derivando en pura velocidad, mucha fuerza, desterrando la belleza, renunciando a la alegría, atrofiando la fantasía y prohibiendo la osadía.
Desde su debut con 15 años en la primera de Sportivo, aportó su lucidez absoluta en las distintas canchas de nuestro país y el país galo.
Quedarán archivados en nuestra fanática memoria de devotos perpetuos, sus pases, su gambeta, su pegada y sus goles, haciendo sentir a la pelota una luna de cuero, una esférica deidad, una seductora doncella.
Se va Juampi, se despide ante su gente, ante la patria verde, ante los que tantas veces corearon su nombre y que jamás olvidarán los momentos vividos.
Simplemente, desde el alma, un enorme agradecimiento a este hijo dilecto de la ciudad que nos brindó sus pinceladas de talento, su exquisitez, su creatividad, su genialidad, esta clase de futbolistas que saben lo que pasa y lo que está a punto de pasar dentro de la cancha y que saben tanto con el balón que no necesitan mirarlo.
Cuando un 10 se va... queda un espacio vacío, pero a partir de este momento los futboleros nos convertimos en mendigos y vamos sombrero en mano pidiendo que aparezca otro ilustre creador, capaz de hacer algo distinto, fuera de lo común que marque la diferencia.
Hasta siempre Monsieur Francia. Merci beaucoup.