El año de Mondino
Se consolidó como pilar en un histórico como Gimnasia de Mendoza y logró el ascenso. El sanfrancisqueño cuenta cómo fue la experiencia de llegar a la B luego de dejar afuera a Sportivo en semifinales.
Pasaron 5 años y medio desde que Diego Mondino saltó al césped del Kempes para hacer su debut en la primera de Sportivo frente a Talleres, de la mano del DT Néstor Craviotto. Poco tiempo después debió partir y muchos le perdieron el rastro. Volvieron a enterarse de él cuando enfrentó al "verde" en las semifinales del Federal A jugando para Gimnasia de Mendoza y ahora lo verán bastante más seguidos por televisión, en la Primera B Nacional.
Pero en ese lapso en que para muchos estuvo fuera del radar, Mondino construyó una carrera profesional a base de mucho esfuerzo, trabajo y un perfil bajo notable. El defensor demostró cuánto creció cuando prácticamente no le dejó tocar la pelota a los delanteros de Sportivo en los 180 minutos de la serie que depositó al Lobo mendocino en la final y luego coronó su primer año en el conjunto "mens sana" con el ansiado ascenso.
Hoy, de regreso a la ciudad para descansar y recuperarse de un desgarro que le quedó como saldo de una temporada muy intensa, el Mariscal disfruta lo logrado en familia, y junto a LA VOZ DE SAN JUSTO rememora la conquista del ascenso y habla de cómo fue dejar afuera a la "verde".
- ¿Qué se siente haber conseguido el objetivo que Gimnasia
venía buscando hacía tanto tiempo?
Es una alegría inmensa, pasan los días y uno no deja de
sentirse contento. Deportivamente es lo mejor que me pasó en mi vida, así que
tratando de disfrutarlo y después ponerse a pensar en lo que viene.
- ¿Ya hablaste con la dirigencia sobre lo que viene?
Todavía está todo muy tranquilo, es muy reciente todo esto que pasó. Pero voy a seguir en el club así que ya habrá tiempo para enfocarse en este nuevo desafío que va a ser la B Nacional donde juegan equipos de mucha jerarquía.
- ¿Cómo fue enfrentar a Sportivo en una instancia tan importante?
Fue algo impensado, muy especial. Tener que venir a jugar a
la ciudad en una semifinal no es algo que se dé todos los días. Creo que acá
hicimos un gran partido y lo terminamos cerrando allá con autoridad. Pero
fueron sensaciones encontradas: uno aprecia mucho al club pero también tiene
que trabajar, hacer lo suyo. Así que disfruté mucho de haber venido a la ciudad
y de haber pasado a la final y conseguir el ascenso.
- En la revancha jugada en Mendoza dio la sensación de que Sportivo podía complicarlos pero que se desinfló con la lesión de Capellino...
En cierta forma nos esperábamos que en los primeros minutos
Sportivo sea agresivo porque siempre lo fue. Tenía jugadores por afuer muy
ofensivos, dinámicos, como Capellino y Muller. Eso hizo que en los primeros
minutos Sportivo tuviera la pelota y estuviera más cerca de nuestra área. Después
con la lesión de Capellino se cayó gran parte de lo que ellos habían trabajado
y nosotros lo aprovechamos porque sabíamos que esa era su arma más fuerte. A
partir de ahí empezamos a jugar nosotros y creo que gran parte del partido lo
ganamos después de esa lesión.
- ¿Fue especial haber marcado a Aróstegui?
Sí, es algo lindo porque es el ídolo del club. El que nació acá, el que es hincha de Sportivo, el que va a ver los partidos a la cancha sabe que Aróstegui es el máximo ídolo y fue algo raro. Sabía que siempre lo tenía que tener lejos del área porque si no una le iba a quedar y la iba a meter. Su presencia es algo que te eleva el nivel de atención, que te hace estar más alerta.
- Tuvieron un encontronazo sobre el final del encuentro de ida...
No pasó nada, son cosas del partido. Después del segundo
partido estuvimos hablando un poco, le deseé lo mejor y él también a mí. Terminó
todo bien, son cosas del fútbol.
- ¿Cómo está la gente de Gimnasia?
El mendocino ya de por sí es muy futbolero y el hincha de Gimnasia es muy fanático. Después de haber perdido el año pasado la final había mucha ilusión de conseguir el ascenso en el Pentagonal y esa ilusión decayó un poco después del partido con Estudiantes de Río Cuarto en la última fecha. Pero después levantamos una serie muy difícil con Deportivo Madryn y ahí la gente se volvió a enganchar. Le dimos a la hinchada una alegría que necesitaba mucho.
- ¿Qué balance hacés de tu año futbolístico?
Tuve un buen año, irregular pero bueno. Fui de menor a
mayor, me costó un poco adaptarme en los primeros partidos. Después fui
creciendo y en lo personal siento que el Pentagonal y parte de los play off
estuve en un gran nivel y estoy muy contento de llegar a ese nivel y de que el
grupo me haya bancado en los momentos irregulares y eso hizo que siguiera
creciendo.
- ¿Empezaste a mirar de reojo la B Nacional?
Uno ya se pone a ver los equipos que hay. Creo que va a haber clubes con mucha historia, que se jerarquizó mucho la categoría con los ascensos y descensos que hubo. Va a ser un torneo muy duro, mucho más profesional que el Federal, así que habrá que mejorar otras cosas y trabajar distinto para poder competir en ese nivel.
- ¿En qué deberás mejorar para estar a la altura de la categoría?
Va a ser un nivel más parejo. Si bien en el Federal A hay
muchos buenos equipos, hay varios que no lo son tanto. En la B Nacional, al ser
una categoría más profesional y estar cerca de Primera, todos los equipos son
parejos. Y sí, creo es una categoría más física y más rápida que el Federal A.
Va a pasar por lo físico, por la rapidez física y mental.