El “cebollita” que llegó a Primera
Exequiel Beltramone vive un momento único en su carrera deportiva, firmó su primer contrato en Primera división con Talleres, fue campeón en reserva y este lunes se suma a los entrenamientos del seleccionado argentino sub-20.
Vive el sueño del pibe, así puede caratularse su presente. Hace poco firmó su primer contrato profesional en el Club Atlético Talleres de Córdoba, a ello le adosó el título de reserva siendo capitán en la competencia de AFA y ahora le sumó su convocatoria al seleccionado Sub-20 con el que comenzará a entrenar desde este lunes en el predio de Ezeiza. Un combo deportivo excepcional.
Horas soñadas que comparte con su familia y se traduce en felicidad para su entorno y también para quienes lo vimos correr detrás de la pelota en su etapa infantil. Ese pequeño de la camiseta número 8, de melena enrulada, hábil, veloz, escurridizo, el "as" de espadas de aquella categoría ´99 del Deportivo Sebastián en la Liga de Baby Fútbol.
Hoy a sus 18 años, empezó el tiempo de cosecha después de lo invertido durante casi cinco años, lo que demandó desarraigo, sacrificio, constancia, disciplina y firmeza para lograr el objetivo: ser jugador de fútbol.
Una profesión que implica un constante esfuerzo y es por ello que para Exequiel Darío Beltramone las vacaciones de invierno pasarán inadvertidas debido al llamado de la Selección. En virtud de ello, visitó a sus familiares por esa cuestión de recargar las pilas y LA VOZ DE SAN JUSTO hizo propicia la ocasión para dialogar con el talentoso volante "albiazul".
La amena charla tuvo lugar entonces en su domicilio de calle 3 en Frontera. Modesto, sincero, de razonamiento maduro, quien es el mayor de 8 hermanos, aludió a su gran momento deportivo como tampoco ocultó las vicisitudes que le tocó superar con voluntad y valentía en pos de su propósito.
-¿Cómo estás viviendo este momento tan especial?
-La verdad que este año ha sido muy bueno, todos los objetivos que me puse en la cabeza los cumplí gracias a Dios. Primero no caía, pero ahora estoy muy tranquilo y se que voy a dejar todo para que esta no sea la única vez que vaya a la selección, por el contrario, poder quedarme ahí.
La verdad que estoy seis meses fueron excelentes, se están dando cosas muy lindas y hay que aprovecharlas.
-En primer lugar te convertiste en futbolista profesional...
-Hace de enero que estoy en el plantel profesional, mi contrato se iba a hacer en este mes de julio, pero fui citado a jugar contra Quilmes, concentré y eso aceleró todo. A la semana hicimos el contrato, fue el 24 de mayo y firmé hasta el 2021.
Eso sí, todavía no pude debutar, concentré esa sola vez pero quedé afuera.
-Entrenar con los mayores habrá sido toda una experiencia...
- Pasé de sexta a primera, no esperaba ese salto. Y ahí es fuerte la cosa pero también es lindo, el "Cholo" (Guiñazú) me entró fuerte una vez, pero él es un maestro. La verdad que con el plantel de primera se aprende mucho, más en este grupo donde son unos fenómenos, siempre dando palabras de aliento y más a nosotros los pibes.
-En reserva lograste nada menos que el título...
-El año pasado no jugué porque estaba en mi categoría (sexta), pero desde enero que estoy en el plantel de primera me bajaban para jugar y estuve en casi todos los partidos.
Goles hizo solo uno pero tuve muchas asistencias. Mi mejores actuaciones fueron en los dos clásicos que los ganamos y ante Godoy Cruz que me eligieron como la figura.
-La frutilla del postre fue esta convocatoria al Sub-20...
-Venía de viaje cuando un dirigente del club me llamó para decirme que había sido convocado para la Sub-20 y le dije "dejá de mentir", porque no lo podía creer y me respondió "es verdad" y por whatsapp me mandó la foto de la citación, me felicitó y me dijo que nunca pierda la humildad.
No me aguanté y la llamé a mi mamá, así que el otro día nos juntamos toda al familia para festejar.
-¿En que puesto te desempeñás?
-Cuando llegué al club jugaba de enganche, pero después con el cambio de dirigencia también cambió el sistema y me pusieron de extremo por izquierda o derecha.
Soy derecho y generalmente juego por izquierda para que me quede el perfil para adentro. Y la zurda anda más o menos, pero anda.
-¿De qué manera llegaste a Talleres?
-Por Darío Paredes y Diego Garay, ellos armaron un seleccionado para jugar un campeonato acá, y después con ese mismo equipo fuimos a jugar un preliminar de Talleres- Sportivo en el estadio Kempes. Ese día hice un gol de media cancha, y bueno, la gente de Talleres me quiso, así que vine, armé el bolsito y me fui para Córdoba.
-¿Cómo fue tu experiencia en la pensión?
-Fue muy difícil porque era chico. Igualmente tuve algo a favor porque me fui con mi hermano Alejandro y nos ayudábamos, también con el chico Navarro categoría 2000 que también jugaba en Sebastián.
Lo chicos de la pensión se portaron bárbaro, pero en esos primeros seis meses cuando volvíamos de entrenar íbamos al baño y llorábamos como tres horas, pero bueno, uno tiene el sueño de ser un gran jugador de fútbol y entonces tenes que arriesgar y poner en juego muchas cosas.
-En esta búsqueda de ser futbolista tuviste el apoyo de tus padres...
-Sí, mi papá (Darío) y mi mamá (Eugenia) siempre me apoyaron para que siguiera luchando por mi sueño y más cuando en un tiempo estuvimos mal por lo económico, faltaban las cosas y la comida.
Por eso al ver hoy los frutos que se me están dando gracias a Dios y puedo estar bien en lo económico, a ellos los llena de orgullo.
Y eso es lo que busco, que mi familia esté bien y que no nos falte nada como en aquellos días. Todo el esfuerzo que hago es para que mi familia este bien.
-¿En Talleres hubo algún técnico que te marcó?
- Todos me dejaron algo, pero el que tuve el año pasado, Claudio Graf, fue el que más me dejó enseñanzas, lo mismo que él me pedía hoy me lo piden en primera, pero sobre todas las cosas es muy buena persona y me ayudó mucho.
-¿Qué representa Deportivo Sebastián en tu vida?
-Sebastián para mi es todo, ahí viví mis mejores momentos, gané muchos torneos, amigos, mucha gente que me quiere y a la que quiero, pero la verdad, que Sebastián son mis raíces y siempre voy a pertenecer ahí.
El día de mañana lo que quiero es poder ayudar al club, que esté lleno de gente buena para que siga creciendo, la verdad que lo amo de todo corazón.
-¿Te quedaron algunos afectos?
-Los técnicos que tuve en mi etapa del baby que son Marcelo Bossio y Alberto Boscacci, la verdad que me enseñaron mucho, no solo en el futbolístico sino en formarme como persona. Hoy los puedo mirar a los ojos y decirles que los quiero mucho porque siempre me ayudaron, y seguimos estando en contacto.
Respecto a mis compañeros, por circunstancias de la vida uno ya no está más y algunos andan en cosas raras, pero bueno, siempre tratamos de estar en contacto porque pasamos muchos años juntos y eso no se olvida.
-¿Y te acordás de algún clásico en el baby?
-Con River eran unos clásicos bárbaros, era ganar o ganar. El que ganaba ese duelo ya estaba hecho, no importaba si después salieras último o primero. La verdad que eran lindos partidos.
-Hoy seguís en la pensión...
-Cuando sos jugador profesional generalmente te vas de la pensión, así que el año que viene me iré a vivir a solo. Seguramente voy a extrañarla porque ahí estás rodeado de tus compañeros, pero olvidate que lo mismo voy a visitarlos todos los días. Por otra parte este año termino el colegio, el club le da mucha importancia al estudio.
-El objetivo es continuar progresando...
-Seguro, uno busca debutar en el club que está, consolidarse en primera y después se plantea otros objetivos que es salir del país, poder ir a Europa. Esos objetivos hay que ponérselo en la cabeza y cumplirlos.
-Ahora solo resta esperar el debut en Primera...
-Si Dios quiere ojalá que este año pueda debutar, es difícil, pero se puede. Estoy muy tranquilo, en cada entrenamiento dejo todo, no me guardo nada, creo que ese es el camino.
-Te convertiste en el deportista más importante de Frontera...
-Hay que seguir con humildad, no me las creo, pero si pienso que lo mío puede ayudar a otras personas, de saber que se puede, que nada es imposible, que si uno lucha por las cosas que quiere, se pueden lograr.
Finalizado el diálogo, la casaca de reserva y la de primera división con su nombre estampado en el reverso, junto a una gigantografía de Deportivo Sebastián, sirvieron de escenografía para la foto de rigor a la que se sumaron Abril, su novia cordobesa, mamá Eugenia, y algunos de sus hermanos.
El retrato de tiempos felices que empiezan a venir como tantas historias que se conocen y se repiten, la del pibe de barrio, el del "cebollita" que soñaba con llegar a Primera para poder a su familia ayudar.