El pesimismo sanfrancisqueño, en su esplendor
La derrota "verde" en Entre Ríos, dejó mucha tela para cortar, por sobre todas las cosas, en las críticas de la sociedad
(POR LUCIANO OLIVERO)
15 días de competencia, solo dos partidos, una victoria y
una derrota, condimentos suficientes para que el hincha sanfrancisqueño,
construya una "catástrofe" en su mente y desparrame pesimismo por toda la
ciudad.
Somos así. Es de años y tal vez lamentablemente jamás cambie, habitualmente en nuestra ciudad, estamos lejos del apoyo a lo propio y como si eso fuese poco, no ser hincha o simpatizante, los transforma en enemigos acérrimos, sin saber que también, por respeto, puede uno pararse en la línea del medio; ni en el amor, ni el oído.
Ayer, tras la abultada derrota "verde", la redes sociales, las principales armas comunicacionales de los seres humanos en la actualidad, comenzaron por nuestros pagos, a desparramar pesimismo y odio. Tal vez al cierre del año, dichos opinólogos tengan razón y esta columna termine en un tarro de basura, pero mi pregunta va más allá de lo escrito, más bien, apela a saber, porque la necesidad de ¿hacer futurismo?.
Lamentablemente Sportivo en nuestra ciudad, tiene más detractores que seguidores y esa no es una simple opinión o idea de este narrador, todo lo contrario, cada comienzo de torneo, los mismos 3000 de siempre acompañan a sol y sombra, mientras que a la hora de los éxitos, ascensos, o presencia de rivales de nombre, la cancha suma 5000 o 6000 más, esos que van a verlo perder, en vivo y en directo, para tener tema de charla en el café del lunes. Inexplicable.
Todo es inexplicable en esta ciudad, cuantas veces se ha escuchado la frase "yo odio a Sportivo", ¿por qué?, ¿porque sos del otro equipo de la ciudad? o ¿solo por el hecho de odiar?. Inexplicable, ya que no existe otro equipo representativo en la ciudad.
Sportivo lidia día a día con el odio de una ciudad que no valora lo propio, y no solo en el mundo del futbol, sino en todos los aspectos como recitales, muestras, eventos, restaurantes, artistas y demás hierbas. Todo lo nuestro no es "más mejor".