Esta vez no hubo milagro
Sportivo cayó 1 a 0 frente a Gimnasia de Mendoza y complicó sus chances de acceder a la final.
Mientras la lluvia arreciaba sobre el Boero y se pausaban los estertores de un partido intenso, la sensación no era de abatimiento. Si se palpó algo de frustración porque anoche no se vivieron emociones tan fuertes como las que se venían experimentando. Sportivo perdió una chance importante para seguir avanzando hacia el ascenso. También dejó en el camino un largo invicto en su estadio. Asimismo, no repitió actuaciones anteriores ni desde lo colectivo ni desde lo individual. Para más, se enfrentó a un calificado adversario que supo cómo plantear el partido y de qué manera enfrentar el juego con un hombre menos.
La victoria de Gimnasia de Mendoza es inobjetable. Pudo haber sido empate, es verdad. Pero la diferencia mínima es, a la postre, reflejo de lo que se pudo apreciar en un encuentro intenso aunque mediocre.
El primer tiempo trajo más promesas que concreciones. Asomó como interesante e intenso. Terminó aún más intenso. Pero chato desde lo futbolístico. En ese marco, Gimnasia procuró sentar supremacías en el medio. Y por momentos, lo consiguió.
Para ello contó con la movilidad de Becerra, el más talentoso, quien aprovechó la espalda de Pérez y Nievas Escobar para habilitar a sus delanteros. Encontró en Cucchi a un socio por izquierda. Pero la defensa local se mostró solvente y los intentos mendocinos no prosperaron.
Enfrente, con Nievas Escobar como abanderado, Sportivo le puso tesón y fervor al trámite. Pero tampoco consiguió inquietar. Capellino y Chaves intentaron consolidar otra vez la sociedad por la derecha, contaron con el apoyo de Francia y el esfuerzo de Catube. Sin embargo, solo en las pelotas paradas se llegó a preocupar a los defensores cuyanos.
En ese marco de disputas permanentes, pelotazos y fricciones los arqueros no pasaron sofocones y aquellas promesas del comienzo se quedaron en eso. En el final, mientras el aguacero se abatía impune sobre el Boero, Marín lo bajó a Ponce en las puertas del área y vio la roja por doble amonestación. Una circunstancia que, al igual que la lluvia, parecía volcar la balanza hacia el color verde.
Sin embargo, no ocurrió lo esperado. Gimnasia se plantó bien, retrocedió Cortizo a la zaga, Cucchi siguió siendo desequilibrante y Becerra corrió la cancha casi siempre en libertad. Sobre los 4', el 10 del "Lobo" recibió de espaldas en el área, quebró la cintura y desairó a Fernández, encaró hacia Cosentino y disparó. La pelota rebotó en un defensor pero no pudo ser amortiguado el envío y se metió mansa en el arco.
Llovía a baldes. Y Sportivo sufrió un baldazo helado de proporciones. Se fue hacia las barbas de Marchiori con entusiasmo y garra. Giaccone hizo los acostumbrados cambios bien ofensivos. Sin embargo, el equipo se alargó demasiado, quedó por momentos desarticulado y solo con empuje pudo encontrar alguna filtración en el muro defensivo de los mendocinos.
En ese marco, también llovieron centros al área del arco de la ruta y Francia no le acertó al arco por milímetros al sacar un derechazo estupendo desde la derecha. El 10 también tuvo otra ocasión propicia pero la pelota siempre le quedó para la zurda y no pudo definir.
El tiempo pasó. Gimnasia, con oficio y solvencia, fue ganando en tranquilidad. Casi se lleva una ventaja mayor. Palacios Alvarenga fue derribado por Fernández cuando le ganó en velocidad y se dirigía franco hacia Cosentino. Roja para el defensor. Fue lo último de la borracosa noche. Esta vez no hubo milagro.