El pasado fin de semana un grupo de escaladores sanfrancisqueños hicieron cima en el Aconcagua, subiendo los 6.962 metros, en una travesía para la cual se prepararon durante mucho tiempo.
Este importante desafío, encabezado por Jerónimo Bonino, tuvo además a Micaela Mulassano, ambos del Club Tiro y Gimnasia, que estuvieron acompañados por Ezequiel Fucero, Guido Bordese y Luisina Sismondi.
El propio Bonino fue quien dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO, para contar las sensaciones de este gran logro, que si bien no fue la primera vez para él, fue distinta a las anteriores, además de destacar la gran experiencia que vivieron los "debutantes".
La idea
- Este fue un viaje que organicé a través de mi empresa de viajes, pero a la vez somos un grupo de amigos que fuimos al Aconcagua. La idea arrancó con Guido, este año cumplimos 10 años con la escuela de ciclismo, teníamos por ahí una idea de hacerlo en bicicleta, después realmente se no negó, el parque no nos dio la entrada para hacerlo. Por mi parte venía juntando gente para este viaje, se sumaron Micaela Mulassano y Ezequiel Fucero, desde ya que estaba Guido Bordese con su novia Luisina Sismondi, que es de Rafaela.
Clima complicado
- El Aconcagua este año venía de una temporada un poquito complicada, climáticamente, en los primeros 15 días de enero fue una cosa de nevar y nevar, un poco inusual para lo que es normalmente la temporada. Eso nos asustó un poco, pero por suerte nevó hasta el día que nosotros entramos al parque en la en la zona alta de la montaña, de Plaza de Mula, Nido de Cóndores y de ahí para arriba. Lo normal es que nieve 40 ó 50 centímetros, este año habían caído ya más de 3 metros, pero nosotros fuimos con bastante buen clima, hasta llegar a la Plaza de Mulas.
Días previos
- Fuimos a subir el cerro El Bonete, el cual no había hecho en las anteriores oportunidades que estuve ahí, pero era importante para mi currículum, ya que estoy estudiando guía de montaña y necesitaba subir una montaña de 5.000 metros, con eso completaba mi décima montaña de esa altura. Este cerro está al oeste de lo que es el Aconcagua, tiene una vista realmente excepcional de lo que es el Aconcagua en sí, de su cara más oeste. El pronóstico le venía errando para lo que fue enero, nos contaron que las nevadas eran muy grandes y diferentes a lo que se decía. Cuando nosotros subimos a Nido, el fin de semana se iba a dar buen clima, con vientos de 30 a 40 kilómetros por hora, que era lo mejor que podíamos llegar a esperar.
Algunas dudas
- Estuvimos una semana en Plaza de Mulas haciendo la aclimatación, con diferentes subidas y bajadas, se notaba la nieve que había caído. Empezamos a escuchar sobre muchos accidentes que habían ocurrido, el que está más o menos en el tema del Aconcagua lo habrá visto, es que se hizo un tipo hielo muy patinozo y las expediciones que intentaron antes que nosotros hubo varios accidentes. A raíz de eso nos planteábamos cuando íbamos a tener buen tiempo, teníamos que subir el 28 ó 29 de enero, esa era la fecha que teníamos planificada cuando salimos de acá. Decidimos salir, subimos a Canadá, dormimos una noche ahí, luego subimos a Nido, estuvimos ahí esperando a que se nos diera esa ventana de buen tiempo y fue justamente el 29. Fue una sensación muy rara, porque queríamos hacer cumbre y que sea con buen tiempo, era mi revancha del 2015 cuando habíamos ido con Guido y Tomi, donde llegamos pero no vimos nada porque estaba nublado, nevando, nos tuvimos que bajar en 5 minutos y no vimos nada. Era una revancha para mí.
La difícil decisión
- El sábado a la madrugada me desperté y era una noche súper serena, estuve varias horas despierto, pensé que se nos escapaba la oportunidad. El sábado fue un día perfecto para ir a la cumbre y nosotros nos jugamos el domingo. Cuando amaneció lo hizo nevando, la verdad que insulté pensando que perdimos el día, pero la verdad que no fue así. Arrancamos con nevada a las 2 de la madrugada, que duró hasta las 4 y después desapareció, tuvimos la suerte que durante el día estuvo lindo. Llegamos a la cumbre a las 4 de la tarde, todo el grupo completo, fue algo muy bueno porque no es normal que todos lleguen y sigan juntos y pudimos lograrlo. Estaba nublado, pero muy abajo, asique desde arriba pudimos ver un ese paisaje increíble.
Todo lo que es la zona de la travesía, desde el "Dedo" hasta el Filo de Guanaco es bastante peligroso, que fue donde se dieron los accidentes. Uno va caminando por un caminito de nieve al lado del precipicio, tuvimos la suerte de no tener tráfico de gente, no nos salimos del camino. De todas maneras tuvimos que tener muchísima precaución, hubo que usar el casco, las piquetas para asegurarnos un poco y habíamos hasta previsto llevar una soga, pero pudimos pasar por toda esa zona bastante peligrosa.
Tiempo de disfrute
- A diferencia de la otra vez que tuve solo 5 minutos, ahora fueron más de 20 minutos disfrutando de ese logro. Los chicos que fueron por primera vez para mí sinceramente al día de hoy no deben haber caído del logro que han hecho, lo importante que es haber llegado a la cumbre y lo difícil que es. Hemos tenido suerte nuevamente y es muy difícil hacer cumbre. Estuvimos cerca de 23 horas caminando, llegamos de noche muy cansados.
Una gran mejoría
- El parque este año estaba lleno de gente, era impresionante, famosos de todo el mundo que vienen a subir, otros que vienen a hacer récord, hay personas de distintos países, con los mejores guías de Argentina y fue muy lindo para mí que lo sigo tanto. Se demuestra lo que es el Aconcagua a nivel mundial, hay gente que es famosa por subir el Everest y ahora quiere venir a subir el Aconcagua. Las empresas locales tienen una gran logística, están abocadas al montañista, al turista y los que van al parque. Se nota un cambio de cuando me tocó ir en 2018 con "Bachi" Serrano, está todo preparado para recibir a la gente y eso es muy lindo.
El pasado fin de semana un grupo de escaladores sanfrancisqueños hicieron cima en el Aconcagua, subiendo los 6.962 metros, en una travesía para la cual se prepararon durante mucho tiempo.
Este importante desafío, encabezado por Jerónimo Bonino, tuvo además a Micaela Mulassano, ambos del Club Tiro y Gimnasia, que estuvieron acompañados por Ezequiel Fucero, Guido Bordese y Luisina Sismondi.
El propio Bonino fue quien dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO, para contar las sensaciones de este gran logro, que si bien no fue la primera vez para él, fue distinta a las anteriores, además de destacar la gran experiencia que vivieron los "debutantes".
La idea
- Este fue un viaje que organicé a través de mi empresa de viajes, pero a la vez somos un grupo de amigos que fuimos al Aconcagua. La idea arrancó con Guido, este año cumplimos 10 años con la escuela de ciclismo, teníamos por ahí una idea de hacerlo en bicicleta, después realmente se no negó, el parque no nos dio la entrada para hacerlo. Por mi parte venía juntando gente para este viaje, se sumaron Micaela Mulassano y Ezequiel Fucero, desde ya que estaba Guido Bordese con su novia Luisina Sismondi, que es de Rafaela.
Clima complicado
- El Aconcagua este año venía de una temporada un poquito complicada, climáticamente, en los primeros 15 días de enero fue una cosa de nevar y nevar, un poco inusual para lo que es normalmente la temporada. Eso nos asustó un poco, pero por suerte nevó hasta el día que nosotros entramos al parque en la en la zona alta de la montaña, de Plaza de Mula, Nido de Cóndores y de ahí para arriba. Lo normal es que nieve 40 ó 50 centímetros, este año habían caído ya más de 3 metros, pero nosotros fuimos con bastante buen clima, hasta llegar a la Plaza de Mulas.
Días previos
- Fuimos a subir el cerro El Bonete, el cual no había hecho en las anteriores oportunidades que estuve ahí, pero era importante para mi currículum, ya que estoy estudiando guía de montaña y necesitaba subir una montaña de 5.000 metros, con eso completaba mi décima montaña de esa altura. Este cerro está al oeste de lo que es el Aconcagua, tiene una vista realmente excepcional de lo que es el Aconcagua en sí, de su cara más oeste. El pronóstico le venía errando para lo que fue enero, nos contaron que las nevadas eran muy grandes y diferentes a lo que se decía. Cuando nosotros subimos a Nido, el fin de semana se iba a dar buen clima, con vientos de 30 a 40 kilómetros por hora, que era lo mejor que podíamos llegar a esperar.
Algunas dudas
- Estuvimos una semana en Plaza de Mulas haciendo la aclimatación, con diferentes subidas y bajadas, se notaba la nieve que había caído. Empezamos a escuchar sobre muchos accidentes que habían ocurrido, el que está más o menos en el tema del Aconcagua lo habrá visto, es que se hizo un tipo hielo muy patinozo y las expediciones que intentaron antes que nosotros hubo varios accidentes. A raíz de eso nos planteábamos cuando íbamos a tener buen tiempo, teníamos que subir el 28 ó 29 de enero, esa era la fecha que teníamos planificada cuando salimos de acá. Decidimos salir, subimos a Canadá, dormimos una noche ahí, luego subimos a Nido, estuvimos ahí esperando a que se nos diera esa ventana de buen tiempo y fue justamente el 29. Fue una sensación muy rara, porque queríamos hacer cumbre y que sea con buen tiempo, era mi revancha del 2015 cuando habíamos ido con Guido y Tomi, donde llegamos pero no vimos nada porque estaba nublado, nevando, nos tuvimos que bajar en 5 minutos y no vimos nada. Era una revancha para mí.
La difícil decisión
- El sábado a la madrugada me desperté y era una noche súper serena, estuve varias horas despierto, pensé que se nos escapaba la oportunidad. El sábado fue un día perfecto para ir a la cumbre y nosotros nos jugamos el domingo. Cuando amaneció lo hizo nevando, la verdad que insulté pensando que perdimos el día, pero la verdad que no fue así. Arrancamos con nevada a las 2 de la madrugada, que duró hasta las 4 y después desapareció, tuvimos la suerte que durante el día estuvo lindo. Llegamos a la cumbre a las 4 de la tarde, todo el grupo completo, fue algo muy bueno porque no es normal que todos lleguen y sigan juntos y pudimos lograrlo. Estaba nublado, pero muy abajo, asique desde arriba pudimos ver un ese paisaje increíble.
Todo lo que es la zona de la travesía, desde el "Dedo" hasta el Filo de Guanaco es bastante peligroso, que fue donde se dieron los accidentes. Uno va caminando por un caminito de nieve al lado del precipicio, tuvimos la suerte de no tener tráfico de gente, no nos salimos del camino. De todas maneras tuvimos que tener muchísima precaución, hubo que usar el casco, las piquetas para asegurarnos un poco y habíamos hasta previsto llevar una soga, pero pudimos pasar por toda esa zona bastante peligrosa.
Tiempo de disfrute
- A diferencia de la otra vez que tuve solo 5 minutos, ahora fueron más de 20 minutos disfrutando de ese logro. Los chicos que fueron por primera vez para mí sinceramente al día de hoy no deben haber caído del logro que han hecho, lo importante que es haber llegado a la cumbre y lo difícil que es. Hemos tenido suerte nuevamente y es muy difícil hacer cumbre. Estuvimos cerca de 23 horas caminando, llegamos de noche muy cansados.
Una gran mejoría
- El parque este año estaba lleno de gente, era impresionante, famosos de todo el mundo que vienen a subir, otros que vienen a hacer récord, hay personas de distintos países, con los mejores guías de Argentina y fue muy lindo para mí que lo sigo tanto. Se demuestra lo que es el Aconcagua a nivel mundial, hay gente que es famosa por subir el Everest y ahora quiere venir a subir el Aconcagua. Las empresas locales tienen una gran logística, están abocadas al montañista, al turista y los que van al parque. Se nota un cambio de cuando me tocó ir en 2018 con "Bachi" Serrano, está todo preparado para recibir a la gente y eso es muy lindo.