La misión de convertirse en un Ironman
El sanfrancisqueño Rodrigo Ferrer participará hoy en Mar del Plata de la exigente competencia en lo que será su "bautismo de fuego".
La belleza de Mar del Plata será escenario hoy de un Ironman inédito para nuestro país. Y allí estará presente el sanfrancisqueño Rodrigo Ferrer, que por primera vez competirá en esta exigente prueba que comprende 3,8 kilómetros de nado, 180 de bicicleta y 42,2 a pie.
El atleta de nuestra ciudad contó que hace varios años que perseguía el objetivo de convertirse en un Ironman y que a los 41 se dará el gusto de concretarlo, con la ayuda de un grupo de colegas ya experimentados en esta competencia. Por ser su primera experiencia, la meta es llegar.
Ferrer habló de lo complicado que es combinar su trabajo de viajante con la ardua rutina de entrenamientos y del apoyo de su familia para poder concretar este viejo anhelo.
- ¿Cómo son los últimos días de preparación?
- Parece que nunca terminás de acomodar las cosas. Entre el equipo, la ropa, la bici... en estos deportes que se desarrollan de manera amateur uno se tiene que hacer cargo de todo: desde la reserva del hotel, el viaje, todo.
- ¿Cuáles son tus expectativas?
- Dado que es mi primer Ironman, el objetivo es terminar. Solamente poder pasar por el arco de llegada sería ya un éxito.
- ¿En qué momento sabés con certeza que estás preparado para esta exigente prueba?
- Hace casi 15 días que dimos por terminado lo que son los entrenamientos más extensos, más duros, y entramos en lo que se llama la etapa de descarga. Se trata de entrenamientos cortos y a baja intensidad como para mantener los músculos en movimiento, nada más.
- ¿Cómo organizás tus entrenamientos?
- Todo el grupo de chicos que hacen triatlón, de los cuales algunos son profes, están continuamente ayudándome, pero no tengo un entrenador en particular que me arme un plan de entrenamiento. En mi caso, que soy viajante, se me complica armar una rutina semanal y por eso los amigos me van dando una mano para entrenar.
- Tu trabajo parece poco compatible con un deporte como este...
- Es muy difícil, es más cabeza que físico. Son largas jornadas de viaje sentado detrás de un volante, llegar ya caída la noche, comer algo y salir a entrenar dónde se pueda y cómo se pueda. Cuando estoy acá en San Francisco le pongo todo el corazón y hago los entrenamientos lo más intensamente que puedo. Eso demanda también largas ausencias en casa y a eso también la familia lo reclama.
- ¿Cómo te arreglás con la alimentación?
- También es muy importante. Hay que comer lo mejor posible en un trabajo que por ahí te lo hace más difícil. Pero uno se acostumbra y ya sabés lo que podés y no podés comer y así vas haciendo una dieta balanceada fuera de casa.
- ¿Cuándo nació en vos la idea de correr un Ironman?
- La idea ya viene de hace varios años. Lo vine postergando por diferentes situaciones personales pero hace más de 4 años que venía con esta intención. Me propuse hacerlo a los 40 pero me demoré un año: a los 41 lo voy a correr.
- ¿Fue importante el apoyo de los colegas?
- Eso es lo bueno del grupo de chicos que hacen triatlón que tenemos acá en San Francisco. Es como una hermandad porque cuando te ven que estás flaqueando un poco lo primero que hacen todos es empujarte y alentarte todos para que sigas adelante con el objetivo que perseguiste.
- ¿Quién te va a acompañar?
- Voy con mi esposa y parte de su familia. Los chicos del grupo no van pero uno siempre se siente acompañado porque están constantemente mandándote mensajes, no solo el día de la carrera sino que varios meses antes en el grupo de Whatsapp que tenemos siempre hay mensajes de aliento y preguntándote cómo te sentís. Es muy reconfortante, uno se siente muy apoyado.
- Si uno ve las distancias de un Ironman se asusta, ¿cómo hacés para manejar eso?
- Cuando hablo con alguien que no se dedica al triatlón siempre digo que si uno se deja llevar por los números no te animás a hacerlo nunca. Uno lo tiene que pensar como que son 3 etapas y enfocarse en terminar cada una. Plantearlo en números es realmente cosa de locos. Pero cuando uno entrena con mucha voluntad, es cuestión de acostumbrar al cuerpo a esos niveles de actividad durante muchas horas.
- ¿A quién querés agradecer?
- El principal agradecimiento es a mi señora, que se banca las ausencias, los entrenamientos largos y en las carreras estando en la categoría que no tiene premios que es la de acompañante. Después no puedo nombrar a uno por uno porque somos muchos, pero a todo el grupo de Tria de San Francisco mi agradecimiento es eterno porque siempre estuvieron en todo lo que necesité.