La sana costumbre de bañarse en Oro
Juan Pablo Serrano se adueño de la cúspide del ciclismo argentino y tras haber sido Medalla de Oro el viernes en kilómetro, este domingo fue el mejor en Keirin y en Velocidad Olímpica. Tres presentaciones, tres oro, una "bestia" que parece que no tener techo.
El mejor deportista de la actualidad sanfrancisqueña, el ciclista Juan Pablo Serrano, volvió a inscribir su nombre en lo más alto del ciclismo nacional en la jornada de ayer y comienza a tejer una interesante historia, que por ahora, parece tener un desenlace bañado en oro, pero no vaticina un final, ya que a este ritmo y con esta calidad deportiva, "Juampi" seguramente conseguirá mucho éxitos más.
Tras aquel comienzo fructífero del viernes, donde con un tiempo de 1,07,012, Serrano consiguió coronarse Campeón Argentino en Kilómetro, este domingo, el sanfrancisqueño logró volver a estar en lo más alto del podio, ya que tras una importante clasificación en la mañana, pasado el medio día, Serrano cosechó oro en la especialidad Keirin, relegando al segundo puesto a Julián Cazzola, de la Federación Metropolitana, mientras que con el bronce, se quedó Franco Victorio, de la Federación Cordobesa, a lo igual que Juan Pablo.
Como si eso fuese poco y casi sin descanso, Juan Pablo Serrano volvió a saltar en la pista, bajo un intenso calor, en una jornada esplendida en Esperanza y junto a Leandro Bottasso y Franco Víctorio, representando a la Federación Cordobesa, lograron el mejor tiempo en Velocidad Olímpica, y con un 0.46.914, volvieron a calzarse el oro, ya que a menos de un segundo de diferencia atrás (0.47.390), quedó la Federación de Oeste Santafecino, integrada por Alexis Domínguez, Mauricio Ponti y Farid Suárez, que lograron la plata, mientras que el bronce, quedó en manos de la Federación Metropolitana, con Franco y Pablo Perrochoud, junto a Julián Cazzola, quienes marcaron en el reloj un 0.48.027.
El fin de semana ha sido muy provechoso para Serrano, quién tras conseguir Bornce en los Panamericanos de Trinidad y Tobago, junto a la Selección Argentina, regresó al país para demostrar que ya no es más una promesa, sino una clara realidad, que parece no tener techo y romper todo tipo de barreras.