Le apunta a Brasil
El triatleta Gastón Montenegro tiene un duro desafío por delante para este año ya que correrá, en el mes de mayo, el Ironman de Florianópolis. Será la primera vez que el sanfrancisqueño enfrente una competencia tan exigente, con 3.800 metros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42 kilómetros de pedestrismo.
Gastón Montenegro tiene 26 años y solo le queda una materia para recibirse de profesor de educación física, el atleta sanfrancisqueño se destaca en triatlón, fue distinguido en la Fiesta del Deporte por su positivo 2017 y para este año tiene un gran desafío por delante: correr por primera vez en su vida el Ironman de Florianópolis, en Brasil.
Un reto importante
En cuanto a los objetivos para este 2018, Montenegro expresó que "este desafío que tengo por delante surgió de forma inesperada. Cuando terminé de correr en La Paz (Entre Ríos) solo tenía pensado entrenar para la Doble, entonces no iba a correr y a nadar tanto, solo lo iba a hacer para complementar un poco. Y surgió que para mi cumpleaños (el 7 de noviembre) Javier Dona me dijo que quería regalarme la inscripción para el Ironman de Brasil, en Florianópolis. En un primer momento me pareció que era demasiado, pero con el paso de los días pensé que era una buena oportunidad ya que me recibo de profesor de educación física en febrero, y como la competencia es en mayo, me viene bien para dedicarme unos meses más al entrenamiento".
"Correr el Ironman de Florianópolis es un objetivo bastante grande. Ya desde las primeras semanas de enero voy a empezar a entrenar para Brasil, va a ser la primera vez que voy a correr esas distancias, ya que en un Ironman son 3.800 metros de natación, 180 kilómetros en bici y 42 kilómetros corriendo. Hasta el momento solo he corrido Medio Ironman, que es la mitad de distancia en cada disciplina", detalló.
Luego puntualizó que "tengo en claro que para llegar bien a Brasil tengo que sumar muchas horas de entrenamientos, acá en la ciudad hay varios chicos que han corrido el Ironman. Se cómo se entrena y el proceso de entrenamiento lo voy a hacer con Javier Dona y Jorge Canello, que son los que más veo, y ellos también lo van a correr. También va a ir Gustavo Rosso y creo alguien más que en este momento no recuerdo".
"La alimentación y el descanso es tan o más importante que el entrenamiento en si mismo, porque para poder llevar una progresión constante en los trabajos y asimilar lo que se hace, si no descansas y comés bien, empezás a retroceder en lugar de avanzar. Es todo bastante complejo y en la preparación juega mucho la cabeza", detalló.
Tuvo un gran 2017
"Lo más positivo del año fue el Medio Ironman que corrí en La Paz. Este año prácticamente no hice triatlón y me entrené de lleno para La Paz cuando pude conseguir la inscripción. En julio me había ido de vacaciones y cuando volví, entrené a full hasta la carrera, que fue el último fin de semana de octubre. Esos meses le metí con todo y entrené como hace mucho tiempo no entrenaba, estaba muy motivado, hacía mucho tiempo que no corría un triatlón y quería hacer las cosas bien", describió Montenegro.
"Lo que más rescato de esa experiencia es haber llevado los entrenamientos bien. Entrené solo, eso es algo que también me propuse hacer, y lo logré. Después cerrar toda la preparación con un triunfo fue como la frutilla del postre, pero el proceso fue lo mejor del año", reveló.
Al tiempo que admitió que "fue una experiencia buenísima, no solamente por el resultado, sino también por cómo me sentí en la competencia. Además, hacía mucho tiempo que no sentía que entrenaba bien y no cumplía todos los pasos que me propuse".
"El pileta siempre trabajé con Aníbal Gaviglio y ante cualquier duda me da una mano. Y además en la planificación busqué cosas que había hecho con Elisa Lapenta, que había sido mi entrenadora, más todo lo que leo y se, fui armando un plan de trabajo para La Paz", explicó.
Un premio que estimula
Montenegro, gracias a su esfuerzo, constancia, fue distinguido en la última edición de la Fiesta del Deporte, que organiza el Círculo de Periodistas Deportivos de San Francisco "Dante Panzeri - Víctor Faya", siendo el mejor de 2017 en la disciplina triatlón. Al respecto, el joven comentó: "Siempre está bueno ser reconocido por lo que uno hace, no por ser popular, sino por la difusión del deporte, que por suerte estos años el triatlón ha ido creciendo bastante ya que hay un grupo de muchachos que lo hacen y además están surgiendo chicos de menor edad en la escuela de Bruno Ramos".
"Ser reconocido en tu especialidad es un plus que te motiva para seguir adelante", destacó.
Sufrió en la Doble
Gastón Montenegro dijo presente en la 49ª edición de la tradicional competencia ciclística Doble San Francisco-Miramar, que se corrió el 16 y 17 de noviembre, días que en nuestra ciudad y la región hizo un calor insoportable, algo que sufrieron mucho los esforzados pedalistas.
"Todos sufrimos la carrera, la verdad que fue terrible porque desde la partida el calor y el viento la hizo muy dura. Además los chicos que vinieron con los equipos grandes la hicieron más dura todavía ya que desde la bajada de bandera salieron a matar o morir, no especularon en nada. Pensaba que iba a ser así, aunque tenía la esperanza que no salgan tan fuerte por la alta temperatura, pero no fue así, a algunos le afecta más que a otros, pero se rodó fuertísimo, como si no hubiera hecho calor", recordó.
"Pese a todo no pensé en abandonar, pero a la vuelta me indigné un poco por algunas situaciones que se dieron en la carrera y dije ya está, porque no tenía más ganas de renegar. Lo que pasa que uno trata de ir para adelante poniéndole garra y por ahí hay trampas que a uno lo indignan", dijo con cierta molestia.
"Hubo poco control porque había pocos comisarios, se desarmó tanto el pelotón y sucedieron tantas cosas al mismo tiempo que fue un descontrol. Creo que había 3 comisarios para 130 tipos que largamos la carrera. En estas carreras suele darse que se agarren (de un auto o camioneta) por ejemplo si quedás rezagado se podría justificar el agarrarse para llegar, pero uno tiene que ser autocrítico, sincero y decir, si no te vio un comisario, yo me agarré", consideró.
"Otra cosa distinta es agarrarse, llegar al grupo y pasar al frente como si nada. Eso pasó, yo lo ví y es lo que me enojó. Por ejemplo, yo fui a acá hasta El Tío con dos caramañolas, y para no bajarme a buscar agua y no rezagarme, seguí adelante. Entonces me morí de sed, me deshidraté y sufrí calambres. Todo eso por hacer las cosas bien, aunque tendría que haber buscado otra solución para no sufrir tanto. Ahora ya pasaron los días y se me fue el enojo, pero es una situación que estaría bueno que no se repita en la próxima edición de la Doble", afirmó.