Nada es imposible
Es muy duro, la realidad así lo indica. Pero será cuestión de inspiración. Soñar no cuesta nada, Messi y compañía tienen la chance de escribir una buena página a la historia. Queremos volver a Río para la final
La realidad es que vamos contra todo. Son locales, juegan mejor, son favoritos, tienen más jerarquía, no les hicieron goles y todos los condimentos que le puedan poner. Pero son 90 minutos (o algo más) donde todo se puede torcer.
Será una parada muy complicada. El rendimiento de ambos no viene siendo el esperado. Si hacemos foco en la Argentina, salvo unos pasajes contra Venezuela, el resto no fue convincente. Incluso lo hecho por Messi, a quien por suerte todavía no se lo necesitó en plenitud.
Todas parecen ser pálidas. De todas formas la victoria ante la "vinotinto" levantó el ánimo y las esperanzas. Tratando de romper todos los pronósticos será tiempo de que los jugadores entreguen el plus que se necesita para estos duelos.
Lo importante, es que dentro de todo lo que parece positivo para Brasil, el cotejo se juega en un estadio que les puede generar presión. La histórica derrota 7-1 ante Alemania fue en el Mineirao y por más que quieran olvidarlo, es algo que siempre está en el ambiente. Quizás eso sea algo que ronde en la cabeza de los dirigidos por Tite, asumir otro golpe duro en ese lugar puede dejar secuelas.
Será cuestión de confiar. Messi quizás se levante con el pie derecho, o con el zurdo bien cargado y nos haga vivir una de esas noches inolvidables. Las expectativas no eran altas luego de los primeros partidos. Pero llegamos a estar en semifinales y las ganas de seguir avanzando están latentes.
Tarde pero seguro. La gente en las calles por fin se dio cuenta que estábamos en un torneo importante y que había que apoyar. Será cuestión de creer que se puede y que en definitiva, nada es imposible.