Necesitará hacer un diagnóstico preciso
Sportivo viene teniendo un mal torneo en lo numérico, perdió más de lo que ganó, tiene más cerca los puestos de descenso que de clasificación. Cierto es que tiene como aliciente que las últimas presentaciones fueron buenas desde lo futbolístico. Debe empezar a sumar si quiere alcanzar los objetivos planteados.
En medicina, cuando se da un "pronóstico reservado" se hace referencia a que no se puede predecir la evolución futura de una lesión o de una enfermedad porque los síntomas no son suficientes o porque hay riesgo de que surjan complicaciones.
Salvando las enormes distancias y sabiendo que esto es solo deporte, el presente de Sportivo Belgrano es complejo, pero el futuro es más que incierto. Con altibajos, el equipo de Armando no encuentra regularidad y por eso, más allá de que la última presentación fue buena en el juego, siguen faltando los resultados, esos que en definitiva son los que mandan en el fútbol.
Se terminó la fecha 14, quedan solo 3 para el final de la primera rueda y la realidad es que Sportivo está más cerca del descenso que del octavo puesto, ese que otorga el último boleto a la siguiente instancia. Y aún muchísimo más lejos del líder Racing, respecto de Juventud Unida, que cierra las posiciones.
En cada inicio de temporada se trazan objetivos y al ser un torneo largo, se sabe que se vienen cambios, desde esos dos aspectos analizamos lo que está pasando por Barrio Alberione.
Objetivos
Desde este punto, la realidad es que no se está cumpliendo como se esperaba. Es que muchas veces el sueño del ascenso nace desde los hinchas o de un análisis periodístico, pero esta vez vino desde las propias entrañas.
Basta con recordar la cena de presentación del plantel y lo que pasaba en la pretemporada, donde jugadores, cuerpo técnico (de ese momento) y dirigentes ponían la vara muy alta y todos mencionaban el ascenso como meta.
Luego de lo que había sido un año de transición, donde se apostó más al proyecto y se aprovechó que no había perdida de la categoría, ahora sí era tiempo de apostar fuerte. En ciertos aspectos se cumplió: llegaron refuerzos, la pretemporada dio el tiempo necesario para trabajar y aceitar una idea, se apostó a la comodidad del plantel con la llegada de profesionales que aceitaron temas de alimentación y descanso. Pero en el fútbol los resultados marcan todo.
Mirar la tabla hoy y ver a Sportivo más cerca de último puesto que del primero no debe ser algo que conforme en barrio Alberione. Incluso, en las últimas fechas se menciona mucho la zona de clasificación, pero siempre en referencia al octavo lugar, algo que tampoco era parte del plan. Un equipo que aspira a pelear bien arriba, no puede conformarse con ser octavo, ya que sería como desear una torta y comer solo una porción. Desde ese tan nombrado lugar en zona de clasificación se "maquillan" muchos defectos que si no se revierten pueden hacer heridas mucho más grandes.
Cambios
La temporada es tan larga que no sorprenden los cambios. Quizás esta vez fueron demasiado rápidos y en cantidad.
El primero en pagar las consecuencias fue Bruno Martelotto y su cuerpo técnico. El sanfrancisqueño, quien ya había resistido en su cargo el torneo pasado más allá del descontento del público, esta vez no pudo aguantar.
De todas maneras, esa pesada carga de lo malo que había hecho el equipo en el certamen anterior le terminó jugando en contra. Es que solo pudo dirigir 5 partidos, donde perdió 3, ganó 1 y empató el otro.
Desde el primero al quinto partido pasaron solo 25 días, muchos menos de los más de 40 que había utilizado para la pretemporada. De todas maneras, al no alcanzar el resultado esperado no pudo sostenerse en el cargo.
El propio Martelotto, que en estos días se convirtió en nuevo entrenador de Alumni de Villa María, dijo al presentar la renuncia: "Estoy muy triste, no es fácil irse del lugar donde uno ama, pero considero que es lo mejor. Intentamos hacer lo mejor posible y dimos todo junto al cuerpo técnico, lo mejor es liberar a la institución para que traiga un cuerpo técnico que pueda enderezar el rumbo y poner a Sportivo lo más arriba posible".
Pero más allá de lo que ocurrió con el entrenador, hubo salidas y llegadas de jugadores. El plantel se presentó con 33 jugadores, de los cuales muchos no iban a tener lugar entre los 18 convocados a cada partido, pero sabiendo la cantidad de fechas por delante había que contar con variantes.
En pocos días, por diferentes cuestiones, dejaron la entidad jugadores importantes como Santiago Molina, Brian Visser, Lucas Márquez, Adrián Maidana y Conrado Buzzi Casermeiro. Los que llegaron fueron: Axel Villegas (volante), Tomás Kolln (volante), Lucas Seimandi (delantero), Facundo Pardo (defensor).
Cabe resaltar que todavía no se llegó a la mitad del torneo, siempre un momento clave para el arribo de refuerzos, que esta vez por la "urgencia" se adelantó todo. Será tarea ahora del técnico ensamblar las nuevas piezas.
Seguramente habrá muchas más aristas que estudiar para poder llegar a una evaluación definitiva, por ahora solo queda esperar una evolución. En realidad el diagnóstico certero será en el final del torneo, donde se ponga en la balanza todo lo ocurrido, teniendo bien claro que esto es fútbol, los resultados inclinan esa balanza y a partir de ahí saber si mejoró o empeoró.