No baja los brazos
El corredor de la localidad de El Tío, Andrés González, termina un 2018 muy distinto a lo esperado. De todas formas, ya piensa en el regreso.
Las expectativas para esta temporada eran muchas y se sentía que podía ser un gran año en lo deportivo. Pero nada salió como se esperaba. Quizás el destino así lo quería, pero lo cierto es que todos los objetivos se desvanecieron.
Lo que iba a ser un 2018 fructífero en lo deportivo, termina siendo para el olvido. Cruzarse con un piloto amateur le cambió el panorama por completo. El piloto de El Tío, Andrés González, tenía todo para ser campeón en el Superbike Argentino, la fortuna tenía otros planes.
Haciendo un balance, el propio González destacó: "La realidad es que pintaba para ser un gran año. En el final de la temporada pasada hice mi primera carrera en la categoría Superbike 1.000cc, fue en La Pampa, donde me había sentido muy bien. Fue una buena experiencia, lo hice sobre una moto estándar, no tenía nada de trabajo ya que todo había surgido en el momento".
A lo que agregó: "En la pretemporada me sentí espectacular, fuimos a entrenar al Cabalén y pude hacer un récord de pista que sigue todavía vigente y por eso todo estaba dado para lo que podría haber sido un gran año, pero no fue así. Ya en la primera carrera del certamen en Buenos Aires cometí un error por falta de experiencia y tuve una caída que me complicó un poco las cosas. En la segunda fecha en Termas de Río Hondo mejoramos un poco, fui el más rápido en los entrenamientos e hice la "pole", pero en la carrera no salieron las cosas como creíamos".
Hasta que llego ese 23 de marzo fatídico. "Después de eso fui a correr a La Plata, sobre todo a usar esa fecha del Febom como entrenamiento y para ajustar detalles de la moto. En el primer entrenamiento un piloto amateur se pasó de largo, me envistió a más de 200 kilómetros por hora y hasta el día de hoy lo estoy pagando".
Más allá de esto, González piensa que "podría haber sido peor", aunque resalta: "tuve triple fractura de pelvis, algo que pude superar. Estuve complicado con las vertebras y eso me dejó mucho tiempo postrado. Hace 15 días me tuvieron que extirpar un testículo, ya que se preveía que podía tener células malas, pero gracias a Dios salió todo bien, los estudios fueron satisfactorios y solo tengo que hacer un poco de reposo. Ahora me tengo que concentrar en entrenar y trabajar duro para el año que viene, donde mi objetivo es estar a pleno y luchar por el campeonato".
A la hora de hablar sobre su recuperación explicó: "Estuve mucho tiempo haciendo fisioterapia, de la pelvis y de la espalda. Había empezado el gimnasio, pero surgió esta operación de los testículos y tuve que frenar todo. Por suerte hace un tiempo largo que volví a caminar solo, incluso ya había vuelto a trabajar en el taller de pulido de autos y con la colocación de medias sombras que es lo que hago".
Pensando en su vuelta a la actividad, expresó: "El objetivo era poder subirme a la moto antes de las fiestas de fin de año, pero no se puso. Para mediados de enero más allá del clima, que va a hacer calor, voy a tener que empezar a andar, porque no hay mucho tiempo tampoco. La idea es poder estar en la primera fecha del año en el Cabalén, que será la segunda semana de marzo. Lo cierto es que no sé en qué condiciones voy a estar y como me voy a sentir, pero vamos a trabajar para poder correr".
Al tiempo que añadió: "Ya estuve hablando con Pablo Zipilivan, de quién tuve la propuesta para seguir en el ZP Racing. Recibí algunas otras propuestas, pero sé como trabaja Pablo, las ganas de ganar que siempre tiene y por eso decidí seguir trabajando con el equipo".
Por último, resaltó: "Por suerte no necesité ayuda psicológica para superar lo que me pasó, estuve fuerte siempre. Quizás la llegada de mi hija me empujó mucho, además de toda mi familia que siempre está al lado mío. Nunca me dejaron faltar nada, eso es fundamental y ellos son mis psicólogos. Hoy en día vivo en mi propia casa con mi mujer y mi hija, que es algo que siempre me da fuerzas".