Otro empate morado
Tras un duelo deslucido y con una pobre actuación, Sportivo Belgrano empató anoche 1 a 1 ante Douglas Haig y lleva tres duelos sin ganar.
Hace varios partidos que Sportivo empata. Y que utiliza la casaca color violeta. Puede afirmarse que está morado de empatar. Pero el de anoche fue especial. Porque se revirtió un primer tiempo más que discreto. Porque el empeño y la voluntad suplieron por momentos la falta de claridad. Porque enfrente tuvo a un rival de jerarquía. Porque llenó de camisetas moradas el área visitante. Y le dejó las manos de ese color a Rodrigo Barucco, la gran figura del partido.
Fue un espectáculo atractivo. No quizás por el brillo del buen juego. Sí por las emociones y la prodigalidad de los protagonistas. El empate final, aunque tiña de morado las sensaciones, terminó siendo un resultado aceptable para los dos equipos.
El mejor trabajo de Douglas Haig en los primeros 45' se reflejó en la ventaja que la visita se llevó a los vestuarios. Sin ser un dechado de virtudes ni mucho menos, el elenco de Pergamino sentó supremacías en el juego con un esquema simple y ordenado. También, aprovechando las dudas e imprecisiones de un Sportivo que durante largos pasajes del primer tiempo se mostró errático.
El comienzo pareció alentador. Muller aparecía como encendido, Francia exhibía su pegada para abrir la cancha y Chaves era salida segura. Pero la presión alta de Douglas le impidió al "verde" la salida clara desde el fondo. Pronto se manifestaron aquellos titubeos que le permitieron a la visita ganar en tranquilidad, sabiendo que Sportivo no dañaba.
El despliegue de los volantes del "fogonero" confundió al medio juego local. Anívole, Levato y Pereira se prodigaron con esfuerzo para defender y, cuando se hicieron del balón, lo jugaron con cierto criterio, aunque tampoco supieron ubicar a sus delanteros frente a Portigliatti. Pero este simple argumento, más una defensa dura y expeditiva fue suficiente. El trámite se hizo enredado y cortado, aunque en ese marco siempre Douglas insinuó más.
Avisó el elenco bonaerense sobre los 25' cuando Martínez envió a la red una pelota luego de un rebote que dio Portigliatti ante una defensa estática que permitió la entrada franca de Jaime para conectar un centro. Sin embargo, la conquista fue anulada por posición adelanta. Fue el preludio. Corrían 36', Pereira lanzó una pelota llovida al segundo palo que sobró a todos los hombres de camiseta viola, Franco la volvió a mandar al medio y Martínez ejecutó un penal a la carrera para abrir el marcador.
Recién allí pareció Sportivo salir del letargo. Fueron los últimos minutos de la etapa los mejores del "verde". Más por empuje que por claridad futbolística. Sin embargo, fue suficiente como para convertir en figura a Barucco, quien le sacó el gol a Aróstegui y después se lució con una atajada estupenda para desviar un disparo preciso de Capellino.
Reacción consolidada
Apenas reanudado el cotejo, Muller tuvo el gol pero una reacción notable de Santángelo lo evitó. Fue el preludio. Desde allí, Sportivo hizo todo para ganar. Se expuso, es verdad. Casi lo pierde sobre el final. Pero entregó todas sus armas para revertir la adversidad. Lo logró a medias cuando Muller consiguió doblegar al inexpugnable Barucco sobre la media hora del complemento.
Capellino fue determinante en aquellos primeros tramos con sus desbordes. En uno de ellos, envió un centro medido. Pero otra vez Barucco le tapó el gol a Aróstegui. En el área de enfrente, Chaves tomó de la camiseta a Martínez, pero el árbitro ignoró la jugada.
En ese contexto, Giaccone hizo cambios netamente ofensivos. Gaviglio por Barbero y a jugar con línea de tres en el fondo. Capellino, exhausto, dejó su lugar a Triverio. Y Bareiro suplantó a Rodríguez, pasando Pérez a la zaga. Al mismo tiempo, Aróstegui -que muchas veces tuvo que bajar a media cancha para tomar contacto con la pelota- se asoció a Bareiro y Francia. Despertó Muller y fue una pesadilla para su marcador.
Así, el área de Douglas Haig se llenó de camisetas violetas. Centros, paredes, desbordes sobrevinieron de manera continua. También vacilaciones en la última puntada. Y, para colmo, Barucco sacaba todo. Hasta los 29': centro de Triverio desde la derecha, Bareiro disparó al gol, pero el arquero volvió a tapar. Muller recogió el rebote y, por fin, venció la resistencia del arquero del ascenso "verde".
A partir del empate, Sportivo hizo los méritos para llevarse más premio. Tuvo otras dos ocasiones clarísimas en los pies de Gaviglio (Barucco otra vez lo impidió) y de Triverio (Jaime despejó en la línea de sentencia). Y en tiempo recuperado casi lo pierde al partido porque González definió mal frente a Portigliatti. El final se pareció a un partido de potrero: el orden ya no importaba. Solo había que buscar el triunfo. A la postre, sellaron una igualdad que quizás terminó conformando a los dos.