Que no cunda el pánico
Sportivo tuvo el peor arranque de torneo desde su primera participación el Argentino A y la preocupación invade al hincha, porque no ve a un equipo convencido a lo que juega. Pero el camino es largo y hay potencial como para mejorar.
Al hincha le preocupa, no le gusta verse en el fondo de la tabla con 0 puntos. Tampoco le hace gracia que en lo que va del semestre el equipo no haya marcado ni un gol ni haya mostrado al menos un buen fútbol que lo ilusione.
Pero va más allá. El hincha de Sportivo viene de una desilusión muy grande y lo que esperaba fuera un volver a soñar se asemeja más a una pesadilla. El hincha no se identifica con el equipo y quizás eso es lo más grave. Pero hay tiempo como para que esa relación se reconstruya.
Sportivo venía de llegar a semifinales, con el nivel de expectativas que ello conlleva. Había un técnico de la ciudad, varios pibes del club siendo protagonistas, Juan Pablo y Juan Manuel en cancha... todos ingredientes que habían hecho que la ilusión trajera vientos de 2013 por barrio Alberione.
El equipo cayó ante un rival superior y comenzaron a llegar las pálidas. La no renovación de Giaccone, el retiro -forzado- de Aróstegui, la llegada de un técnico poco conocido y sin "feeling" con la gente, un sistema que lo deja a Francia en el banco, la carencia de poderío ofensivo... situaciones que hicieron que en la mismísima primera presentación de local de la temporada, hubiera hinchas que se fueran de la cancha con el partido aun en marcha.
En lo estrictamente estadístico, Sportivo tuvo el segundo peor comienzo desde que milita en la tercera categoría del fútbol argentino. El más flojo inicio lo experimentó en su primera incursión, allá por la temporada 2009/10 cuando perdió los primeros 4 partidos con Cristian Domizi. Al "Pájaro" se le terminó el crédito al finalizar la primera rueda y de allí en adelante el "verde" nunca volvió a empezar tan torcido un torneo.
Hoy, con dos derrotas en igual cantidad de presentaciones, se disparan las primeras alarmas. En una zona tan difícil, ceder puntos en casa puede resultar una misión imposible si se pretende recuperarlos afuera.
Una cuestión de identidad
Pero quizás lo que más le preocupa al hincha de Sportivo es que todavía no sabe a qué juega el equipo. Un 4-4-2 debería ser garantía de seguridad y solidez, debería ser sinónimo de un equipo fuerte y convencido de lo que busca.
Pero en el partido de San Luis y gran parte de lo que fue el encuentro del viernes, poco de ello mostró. Para colmo, en el pasaje en el que parecía encontrar la brújula, una distracción defensiva inaceptable para un equipo que tuvo 3 meses de pretemporada, le costó encontrarse en desventaja y a partir de allí comenzó a desdibujarse.
El equipo no muestra un estilo definido. Por ejemplo, tiene a dos laterales de innegable vocación ofensiva que rara vez pasan al ataque. Todavía no está en claro quién se hace cargo de las pelotas paradas cuando no está Francia y el desconcierto final lo puso Manuel Bustos con toda su buena intención haciéndose cargo del penal cuando lo más lógico hubiera sido que un referente ejecute la falta. Bustos, un futbolista que apenas había contado con un puñado de entrenamientos y había relegado al banco a un Ezequiel Gaviglio que había estado toda la pretemporada y que ya viene de anteriores ciclos en el equipo, terminaba siendo responsable de una derrota muy incómoda.
El vaso medio lleno
Todas pálidas hasta el momento, es cierto. Pero hay una mirada optimista que se puede hacer. Recién van dos fechas de un campeonato que es largo en una zona que seguramente será muy pareja y dará chance de revancha.
Un buen síntoma es que hay autocrítica de parte de los jugadores, que no buscan excusas para analizar las derrotas y que se muestran en sintonía a la hora de hablar. El grupo humano es un factor clave en este Sportivo. Muchos de los futbolistas tienen varias temporadas en el club y la unidad se nota en el día a día.
En ello debe basarse para buscar la recuperación. No queda otra que seguir trabajando y corrigiendo errores.
Pero, para quién escribe, la principal luz de esperanza la brinda el buen material con que se cuenta. Hay potencial futbolístico en cada uno de los jugadores. Es cierto que varios están en un nivel bajo y una vez que levanten le pueden dar un salto de calidad al equipo.
Será cuestión de que los laterales vuelvan a tener confianza para sumar su aporte ofensivo, que el equipo se contagie de la solidez de un Tomasini que hasta el momento se mostró como el más correcto. De Mazzola siempre podemos esperar más y también de Bruna, otro que puede darle jerarquía al equipo.
Está claro que Francia le puede aportar la claridad que necesita cuando todo es vértigo y todo el mundo espera que Muller vuelva a ser Muller, que se gane la titularidad apilando rivales como lo hacía con Giaccone.
Bustos mostró cosas interesantes, Dalla Costa se recuperará e intentará volver a mostrar el buen nivel que exhibía antes de la lesión y el Flaco Gaviglio siempre está, por su identificación con el club.
Materia prima hay, ganas hay. Se viene un partido chivo en Catamarca y también puede ser una buena oportunidad para pegar el volantazo. Que no cunda el pánico, todo se puede mejorar.