River avanzó y habrá superclásico
El conjunto de Marcelo Gallardo empató 1-1 en Asunción, contra Cerro Porteño, y logró su objetivo ya que se instaló en las semifinales. El "Millonario" empezó abajo con gol de Haedo Valdez y lo igualó el uruguayo De la Cruz. Así, habrá otro duelo copero entre River y Boca. Además, por la Superliga, estarán cara a cara el próximo domingo.
River Plate paseó su jerarquía de campeón también por
Asunción y logró este jueves la clasificación a las semifinales de la Copa
Libertadores de América, instancia en la que se cruzará con Boca Juniors, tras
empatar 1 a 1 con Cerro Porteño, con un gol de Nicolás De la Cruz, detenido el
miércoles por un episodio policial.
La pasó mal River durante el primer tiempo del partido en el hirviente estadio "La Nueva Olla", cuando ya a los 8 minutos Cerro Porteño logró ponerse en ventaja tras un centro del argentino Joaquín Larrivey que conectó de "palomita" el experimentado Nelson Haedo Valdez para dejar a su equipo a un tanto de llegar a la definición por penales, con "una vida" por delante.
Es que en el resto de la etapa, el "Millonario" no encontró los espacios para sacar la contra y por contrapartida su rival, dirigido por Miguel Ángel Russo, le metió presión y merodeó el área de Franco Armani con real peligro, obligando a un par de intervenciones exigidas del arquero.
Pero con el pitazo del final del primer tiempo del árbitro chileno Julio Bascuñán se terminaron los sufrimientos para River, ya que bastó una "lavada de cabeza" del "Muñeco" Gallardo en el vestuario para que todo volviera a la "normalidad" para River, que es lo mismo que decir su buen juego y su paleta multicolor de recursos.
Y como para hacer más épica su épica de estos tiempos "gallardianos", a los 8 minutos de esa etapa final llegó Matías Suárez, uno de los grandes aciertos del técnico a la hora de decidir contrataciones, en un mano a mano con el ex arquero de River Juan Pablo Carrizo, que ganó en primera instancia, pero del rebote apareció De la Cruz, justo a él le cayó la pelota, para que con un derechazo alto transformara el sufrimiento en alegría.
Y aunque quedaba mucho por delante, el mazazo fue letal para Cerro Porteño, que ya debía llegar a cuatro goles para atrapar la clasificación a semifinales. Demasiado para este River que por entonces era pura solidez y amenazaba con llevarse más que ese empate "a priori" más que suficiente.
Así, cuando el final estuvo resuelto y el partido pasó a ser otro hito más en la frondosa historia contemporánea de este River de Gallardo, ni siquiera hubo efusividad en el festejo. Apenas saludos de satisfacción entre jugadores y cuerpo técnico.
Y a pensar en Boca, pero en el superclásico del próximo domingo, por la Superliga, ya que para el otro, que como éste también se jugará por la ida en el Monumental, hay tiempo hasta el 2 de octubre.