Sabor agridulce
De regreso al país, Valentina González habló del 12º lugar logrado por Las Panteritas en el Mundial sub-20 de México y también de su desempeño como líbero del seleccionado albiceleste.
Luego de su segundo Mundial de voleibol, ya de regreso en La Plata donde cursa sus estudios de abogacía y reintegrada a los entrenamientos de su club Banco Provincia, LA VOZ DE SAN JUSTO se comunicó con Valentina González quien hizo un análisis de la actuación de la Selección Argentina sub-20 que finalizó decimosegunda en la competencia disputada en México y también fue autocrítica al señalar que "me fui feliz pero no satisfecha".
La líbero sanfrancisqueña consideró que podrían haber estado unos puestos más adelante aunque no dentro de los 8 mejores en el campeonato de una categoría donde la Argentina volvió a participar 16 años después, la última vez fue en 2001, en República Dominicana, con la mejor actuación histórica hasta el momento: un séptimo puesto.
-¿Volvieron satisfechas del Mundial?
-Nuestro objetivo era desde un principio clasificar al Mundial, al haberlo conseguido en mayo nos planteamos pulir lo mejor posible muchos aspectos para, llegada la competencia, poder jugarle de igual a igual a las potencias como Rusia, Serbia. Si bien tuvimos altibajos yo creo que pudimos lograrlo, fuimos mejorando a medida que pasaban los partidos y estuvimos a la altura.
La sensación fue siempre positiva, por haber lograr la clasificación que hace tanto no se conseguía ya es una satisfacción muy grande. Pero no nos quedamos conformes, vamos a seguir trabajando para tratar de que, de a poco, la Argentina sea un país para respetar.
-¿El récord conseguido fue de dos victorias y seis derrotas, es la realidad de la argentina en el contexto mundial? ¿Estuvo bien el 12º lugar alcanzado?
-Creo que no estamos dentro de los 8 mejores países del mundo, pero si peleando por estar en el 9no. lugar.
La zona que nos tocó fue realmente dura, como todos los partidos restantes. Fue un torneo de mucha exigencia, de muchos días y si bien tuvimos un día de descanso te demanda mucha concentración y desgaste físico.
-¿De acuerdo a sus expectativas no fue la competencia que esperaban?
-Al haber participado en el mundial anterior ya teníamos una noción, nos asombramos en el 2015 pero los equipos mejoran y el nivel es aún más alto que cuando éramos menores. Los errores se achican y la contundencia de las atacantes aumentan. Fue realmente una experiencia enriquecedora.
Me queda esa sensación de que podríamos haber logrado un mejor resultado, estoy convencida. Pero todo sirve de experiencia, quizá para el próximo mundial si somos tan afortunadas de volver a vivirlo o para las competencias que resten.
-¿Cómo analizas tu desempeño?
-Mi rendimiento fue de menor a mayor, si bien tuve mejores partidos que otros, me fui contenta pero seguro que no satisfecha. Cuando uno presencia este tipo de encuentros a dónde enfrentas a las mejores jugadoras del mundo se vuelve a ratificar cuánto podemos mejorar.
Lo tomo como una gran motivación que me va a servir para esforzarme aún más en cada entrenamiento y hacer foco en los fundamentos técnicos que respecta a mi puesto dentro de la cancha. Un espejo para nosotras es Japón, jugadoras de nuestra misma estatura pero perfectas técnicamente.