Se recupera y dice adiós
Jeremías Durbano sigue en plena recuperación del accidente sufrido el pasado mes de enero cuando entrenaba en el circuito local. El motocross le dio mucho al sanfrancisqueño, quien dijo basta. "Hay que priorizar la vida", remarcó y anunció que no volverá a competir.
Sus logros lo pusieron en los primeros planos del deporte local. Muchas páginas de este mismo diario o flashes estaban dispuestos a tomar su rostro sonriendo de felicidad por una victoria. Pero el deporte no siempre tiene cosas lindas.
El motocross le dio a Jeremías Durbano muchos golpes de los cuales pudo y supo recuperarse para volver a competir. Pero llegó la hora de decir basta. El pasado mes de enero, el sábado 12, mientras entrenaba en el circuito de San Francisco, sufrió un fuerte accidente que le provocó graves lesiones, que obligaron a trasladarlo a Córdoba Capital y desde allí todo cambiaría para siempre.
El recuerdo de esas horas son difíciles de olvidar. Tras la comunicación con su familia, las malas noticias no paraban de llegar y el panorama era cada vez más oscuro. Con su fuerza de voluntad y el apoyo de mucha gente, Jeremías pudo salir adelante y hoy, casi 6 meses después, se sigue recuperando y tratando de llevar una vida normal.
Pero todas las secuelas que le quedaron, sumadas a otras de golpes anteriores, lo hicieron tomar la determinación de que a las motos solo las va a ver de lejos. La competencia ya no está en sus planes. Su exitosa carrera deportiva debió llegar a su fin, no de la manera esperada, pero a la vez sabiendo que fue un trueque que tuvo que hacer, nada menos que por su vida.
En la tranquilidad de su hogar, volviendo del campo, donde trabaja y ocupa sus horas, el joven de 23 años habló con LA VOZ DE SAN JUSTO y dejó cosas muy interesantes, con frases y consejos que van más allá de una simple entrevista.
- ¿En qué momento de la recuperación estás?
- Estoy muy contento por el progreso que tuve en estos meses. Ya pasaron 6 meses de la operación grande y 5 desde que me hicieron la última. La semana pasada tuve el alta médica de lo que fue la intervención del hombro y eso para mi fue una noticia muy buena, porque si bien fue solo una quebradura, no fue menor. Con todas las complicaciones que tuvo podía estar el riesgo de que el hueso no suelde bien, haya algún desperfecto o incluso generar una necrosis, que es como la muerte del hueso. De todas formas sigo recuperándome de a poco y tengo que esperar hasta la consulta con la parte de neurología, dentro de dos meses.
- ¿Qué fue lo que te hizo tomar la determinación de dejar de correr para siempre?
- Todo esto que pasó y un conjunto de cosas más, me llevaron a la decisión de no volver a correr en moto. No me voy a desprender totalmente, la idea es dar cursos, ir a ver las carreras y con el tiempo, cuando haga mi propio duelo, voy a poder seguir en el ambiente.
- ¿Lo pudiste hablar con alguien ó lo decidiste solo?
- Por el momento no tengo ayuda psicológica, de todas formas es algo que tengo pendiente. Lo estoy alargando, pero mientras antes empiece mejor me va a hacer. No es fácil, tengo 23 años y son casi 16 arriba de la moto y metido en un deporte que es una pasión. De todas maneras la decisión la tomé en conjunto con mi familia, mi novia y mis amigos. Lo hablé mucho, di mi punto de vista, ellos me dieron el suyo y también sin dudas fue fundamental la palabra de los médicos, quienes me dijeron que otros golpes ya podrían ser difíciles de soportar y no me darían la chance de seguir. Respeto eso y sabiendo que me faltan operaciones, tomé la determinación de abandonar. Sé que mi familia sufrió mucho en el momento del accidente. Quizás ahí estuve unos días sin saber que pasaba, pero después mucho tiempo internado donde veía como estaban ellos. Sería muy egoísta de mi parte si pensaría en mí y dejaría de lado todo el esfuerzo que hicieron mis viejos, mi novia, mis primos y mucha otra gente que me acompañó. Por todo eso, tenía que incluirlos en la determinación que iba a tomar para mi futuro.
- ¿En qué afectaron los golpes con la moto a tu vida cotidiana?
- Tengo que tomar muchos recaudos. Lamentablemente a veces me encuentro con qué mi cuerpo está muy golpeado y tengo que tener cuidado en un montón de cosas. Desde algo simple como subir o bajar una escalera, hacer una fuerza demás o chocarme algo con la cabeza, tengo que tener mucho cuidado. Tengo que tener precaución porque cualquier golpe me puede llevar a algo peor. Me quedaron secuelas también de golpes anteriores, tengo las rodillas rotas, un hombro que se me sale del lugar. Hasta durmiendo, a veces me levanto y tengo el hombro salido de lugar. Entonces son muchas cosas en las que uno se detiene a pensar, si vale más la vida o un deporte que para ser sinceros no me va a dar de comer en el futuro, por más pasión que sienta. Tener tantos golpes me llevó a tomar una decisión. Si en mi carrera deportiva me hubiese golpeados dos veces y no veinte, sería otra cosa. Hay que priorizar la vida y tener en cuenta el esfuerzo de los que están alrededor.
- Lejos de las motos: ¿En qué ocupas tu tiempo hoy en día?
- Estoy trabajando en la empresa familia junto a mi viejo, que es en la parte agrario. Esto me aleja de las motos. Sigo viendo carreras y estoy al tanto de lo que pasa, porque es algo que me encanta, pero no me siento con esas ganas de ir a un circuito o ponerme a organizar un curso. Pero es un proceso que tiene que ir poco a poco y con el tiempo volveré a disfrutar del motocross desde otro lado.
- ¿Estarías dispuesto a explicarles a los más pequeños todas las cosas que pasan en este deporte?
- A mí me gusta mucho el hecho de transmitir mis conocimientos y más aún a chicos que recién empiezan. Me gusta mucho poder contarles lo bueno y lo malo que tiene esto, lo que aprendí tanto arriba como debajo de la moto. Este deporte te lleva a estar preparado en muchos aspectos y dar cursos en general sería muy lindo.
- Agradecimientos...
- El agradecimiento principalmente es para mi papá José, mi mamá Gabriela, mi hermano Federico y mi novia Sol Masera. También a mis abuelos, mis primos y mi tía que estuvieron en mi peor momento, al igual que mis amigos. A mi kinesióloga Lucía Bianco que hace un trabajo enorme. Tal vez no me enteré de todos, pero si sé que mucha gente estuvo al tanto y me pusieron en sus plegarias, por eso les quiero agradecer.