Siga el baile, siga el baile...
Como lo anunciamos en una editorial hace días atrás, la Liga Regional se sumerge día a día en un círculo de violencia del que parece no poder salir. Este domingo, otra vez un nuevo papelón: Gol anulado, golpes al juez de línea. Sucedió en Colonia Marina.
Que la Liga Regional cierra uno de sus años más violentos, a esta altura, ya no hay dudas. LA VOZ DE SAN JUSTO emitió una dura editorial en las páginas de nuestra sección deportiva del domingo 28 de octubre advirtiendo la cantidad se sucesos violentos que se venían precipitando durante el torneo y ventilando la falta o carencias de sanciones severas que puedan concientizar a los clubes, dirigentes y jugadores, todos protagonistas, todos culpables de este duro momento.
De todos modos, que se ventile, que se hable o que se escriba en los medios de comunicación, a nadie parece importarle, al menos no a los directamente relacionados con la liga, ya que solo siete días después, la violencia vuelve a ser protagonista estelar de la "liga" y otro nuevo partido vuelve a suspenderse, con agresiones a un juez de línea, quedando todos ahora, a la espera nuevamente, de la voz del Tribunal de Penas encargado de juzgar esta situación.
La historia, la siguiente: En la tarde de este domingo, se jugaban los Cuartos de Final de la Primera B de la Liga Regional, en Colonia Marina, el local, recibía a Filodramático de Alicia.
En la ida, días atrás en Alicia, Filodramático había ganado 1 a 0, pero la ventaja deportiva era de Colonia Marina FC, que ganando por la misma diferencia en su casa, pasaría a la siguiente ronda.
El duelo era tan trascendental, que dirigentes de Alicia, pidieron la presencia de un árbitro de Primera División; y a Colonia Marina este domingo, llegó Pablo Echavarría, juez que venía de dirigir Copa Argentina y duelos de la Superliga. Echavarría, estuvo acompañado por Ibarra y Cabrera, ambos de Villa María como líneas del cotejo. (Contratar un árbitro de Primera División puede tener un valor estimativo de entre $ 20 mil y $ 40 mil para el club que lo solicite).
El porteño dirigió a la perfección su cotejo. Hubo tumultos ante una expulsión- planchazo grave -, pero nada que no suela suceder ante la adversidad y la adrenalina del juego.
En pleno complemento, tras un cabezazo, Colonia Marina FC reclamaría un gol, que para el línea 1 (Ibarra), no se había concretado, argumentando que el balón no cruzó en su totalidad la línea del arco. Dicha acción, despertó el primer acorralamiento de la tarde, de jugadores y cuerpo técnico local, al juez de línea mencionado, de todos modos, lo grave y vergonzoso, llegaría casi al cierre del duelo.
En el minuto 93', el local vuelve a ganar con uno de sus jugadores en plena área rival convirtiendo el gol que le daba la clasificación, pero Ibarra, interpreta un offside y levanta su banderín, para automáticamente, desatar la locura.
El banco de suplentes corrió a agredir al juez de Villa María, primero el cuerpo técnico y luego algunos jugadores suplentes, a los que se le sumaron lentamente los titulares que también colaboraron con el acorralamiento y las agresiones.
Intervino la policía y todo llevó su tiempo, hasta que el línea agredido, pudo ser trasladado al vestuario. Ya dentro del vestuario, el prestigioso árbitro Pablo Echavarría, decidió suspender el duelo por las agresiones y seguramente elevar un informe que ya estará en manos del Tribunal de Penas.
Violencia, violencia y más violencia, dirija quién dirija y se cobre lo que se cobre, en un deporte como el fútbol, siempre habrá un beneficiado y un perjudicado, que habitualmente suele suceder, solo por el hecho de las reglas de juego o la vorágine de las decisiones acertadas o no, que hay que tomar a la velocidad del juego.
Pase lo que pase y para bien o mal, la violencia nunca tiene justificativos, mucho menos aún, cuando una vida está en juego.
Tal como lo anunció LA VOZ DE SAN JUSTO hace días atrás, los actos violentos se devoran la "liga"...¿Qué tendrá que suceder para que se tome conciencia?. Ahora solo resta esperar que de una vez por todas, el Tribunal de Penas, sancione ejemplarmente y comience a marcar un antes y un después. Por el bien de todos.