Un “guerrero” del aire
El Pato del Palomar Don Oscar recorrió 513km. desde Trenque Lauquen con viento en contra. Un triunfo que le demandó 11 horas de vuelo sin escalas para llegar de noche a nuestra ciudad
El deporte siempre ha generado un universo de historias, de esas que motivan, emocionan, que causan admiración. Aquellas que salen a la luz con gran repercusión, o bien las otras, esas "made in casa" con un perfil más anónimo, las quedan en el círculo íntimo de una mesa de café o en el clásico asado con amigos.
Pero relatos que bien podrían aplicarse a una tira de ficción, más aún cuando se trata de un final feliz, de verdaderas proezas como habitualmente suceden en cada suelta de palomas que se realizan en el país, pero que esta vez, por tratarse de una protagonista sanfrancisqueña, valió la pena interiorizarse de la aventura.
El "héroe" en cuestión es El Pato. ¿Señas particulares? un macho que nació con membranas en sus patitas, de ahí su apodo. De plumaje color gris azulado y en cuyo "DNI" -anillo que se le coloca a días de haber nacido- lleva impreso el número 449855.
Todo un pichón de "campeón" que recorrió 513 kilómetros desde Trenque Lauquen hasta llegar a su hogar, en el barrio San Cayetano. Un vuelo ininterrumpido de 11 horas, con el plus de haber recorrido estas últimas de noche, lo que cotizó aún más su valiosa victoria, muy celebrada por cierto de acuerdo a lo señalado por el propietario del palomar Don Oscar, Mauricio Ludueña a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"El sábado pasado largaron desde Trenque Lauquen a las 8.30 con un fuerte viento en contra, algo de 47km. por hora. Por esas condiciones climáticas se especulaba que podían llegar el domingo a eso de las 10.30. Igualmente tenía fe que iba a marcar. Habíamos corrido también a Chajarí al norte y esas palomas llegaron en horario. Las del sur las esperábamos igual a las 18.30 al filo de la tardecita", contó.
"Así que estábamos con los amigos colombófilos como Galliard, Loyola cuando cayó el sol a las 19, así que prendimos la luz del palomar. Y a las 19.25 se escuchó un aleteo y dije "El Pato", lo apodamos así porque es una paloma que nació con una membrana entre medio de dos dedos en ambas patas".
"Llegó y cayó en el techo del vecino, y entonces empecé a llamarlo con mi silbido y se tiró a la trampa del palomar y entró. Fue una emoción enorme, todos llorábamos".
"Me temblaba la mano, no podía marcar, porque tenes que sacarle la goma de la pata para ponerla dentro del reloj constatador, no podía poner la goma dentro de la cápsula, fue una emoción terrible, no paramos de saltar y festejar", recordó.
En su relato el colombófilo también puso de relieve el enorme esfuerzo realizado por su noble paloma, de gran campaña en la presente temporada y que estará presente en el Federal de Santa Rosa de La Pampa.
"Fue algo raro porque voló casi media hora de noche, después cuando la agarramos le miramos la quilla (esternón) que si a veces está muy colorado es porque voló mucho, y la tenía morada quizás por un golpe, se ve que el camino se dio contra algo y después siguió. Demostró una vez más que es una palomita de corazón inmenso, le tiene un gran amor a su palomar".
"Voló 11 horas sin parar. La paloma se baja solamente a tomar agua en los charcos de los campos, viene embarrada y ahí te das cuenta que la paloma se tiró, es decir se baja para refugiarse durante la noche y seguir al otro día con la luz de sol, el 99 por ciento no vuela de noche".
"Pero cuando viene con las patas limpias es porque se voló todo directamente como lo hizo El Pato. Mientras que mis otras dos palomas llegaron al otro día".
"Es un macho que ya tiene ganadas las dos últimas pruebas de la primera línea y otras veces salió segunda, tercera, viene bien. Está haciendo una gran campaña y es candidato para el Federal de Santa Rosa de La Pampa. Ahora lo dejaré descansar por ese golpe que se dio, pero está bien".
Por otra parte Mauricio habló de esta pasión, la que abrazó desde joven exhibiendo esa buena sintonía con las palomas, por las vela a través de una cuidadosa alimentación y un riguroso plan sanitario.
"La paloma mensajera es un atleta y hay que cuidarla como tal. Todos los días después de trabajar, largo la bandada y cuando salen todas, entro al palomar y rasqueteo los posaderos, limpio las rejillas, el piso, cambio el agua. Les coloco el alimento, en este momento tengo unas 38 voladoras y unas 14 reproductoras".
"En esto comencé a los 15 años en el '99 y luego dejé en el 2002 donde regalé las palomas y todo quedó en la nada. Pero hace tres años atrás resurgió la pasión junto a Pablo (Gaillard) y con el envión fundamental de Javier (Cagnotti), arranqué de nuevo. Esto es fascinante, es un cable a tierra", finalizó.
Como todas las tardes, una bandada de palomas surca el cielo del barrio San Cayetano, en una suerte de danza triunfal por la exitosa temporada que viene teniendo el palomar Don Oscar, al parecer lideradas por El Pato, convertido en emblema de la casa por sus sobradas muestras de valentía y enorme corazón, un verdadero "guerrero" del aire.