Un lamento
Esta casi todo dado para que sea una gran noche, pero terminó siendo una jornada de esas que pueden quedar en el recuerdo. Un lamento atrás de otro.
Quizás la palabra lamento puede sonar muy fuerte, si se tratara de una situación critica. No es este el caso. No hay que ser extremistas. En esta ocasión es solo un gesto que se repitió en la noche de barrio Alberione. Sportivo no está tan comprometido y por ahora, queda algo de tiempo para empezar a cambiar la cara.
Pero es cierto que los lamentos se fueron dando uno atrás de otro. Braian Camisassa tenía todo listo para ser titular, pero una lesión el sábado lo dejó afuera. Faltaba un día para el juego y ya no había buenas señales.
Parecía que después la cosas se acomodaban. Apenas pasaron los 20 minutos y llegó el penal. Ramírez se hizo cargo de la ejecución. Su cara final, el lamento contra el piso deja más que en claro lo que pasó. No solo el final de la acción fue para hacer ese gesto, el tiro fue muy malo.
A los pocos minutos, Algozino fue a trabajar una pelota con un rival y quedó inmóvil. La rodilla izquierda ya no estaba igual que antes. Las próximas horas dirán cuanto hay que lamentarse.
Pero el disgusto no se terminó. Los minutos transcurrían y el equipo no podía encontrar un buen juego. Por momentos fue preocupante.
Pitazo final, un punto con sabor a poco y lo que más se lamenta es lo que se podía haber conseguido. Porque era un rival directo al que se le podía sacar más ventaja, porque Racing no ganó y escaparse aún más tranquilizaba para el descenso.
Los únicos lamentos que sirvieron en la noche del "Boero" fueron los de los jugadores de Juventud Unida. Es que en el segundo tiempo la queja fue repetida. El equipo de San Luis llegó varias veces con peligro y pudo haber vencido en repetidas ocasiones a Cosentino, pero la falta de puntería quiso algo diferente.