Una despedida en familia
Ir a la cancha en "familia", el ritual de la noche. Miles de madres ornamentadas de "celeste y blanco", padres futboleros felices junto a sus hijos exaltados, fueron algunas de las postales que regaló la jornada emotiva de La Bombonera.
Todo absolutamente diferente a lo tradicional fue la previa al amistoso entre el seleccionado argentino y Haití en cancha de Boca Juniors. La familia, se adueñó del show y el show fue un éxito. Está demás decir que los condimentos fueron muchos, tantos, que a la noche no le faltó nada.
Desde muy temprano, el tradicional barrio de "La Boca" fue cambiando de color y dejó su habitual azul y amarillo, para teñirse de "celeste y blanco". Familias de diferentes puntos de país se fueron congregando para darle euforia a la previa. Gorros, banderas, camisetas; mucho color, mucho grito, mucha alegría, mucha ilusión.
Ya adentro, hubo de todo. Show laser en el comienzo, cuando aún el estadio estaba en "pañales", el despliegue de una bandera argentina gigantesca sobre el césped, con un "vamos por más" como emblema, los campeones del 78' y el 86', amalgamados en un mismo grupo y con una sonrisa contagiosa en sus rostros, un terrible show de fuegos artificiales y el himno de la "Sole".
Tensión, emoción e ilusión, que para colmo de males, se congeniaron en una noche con un clima perfecto. La gente acompañó, la familia se unió y la despedida fue perfecta, sin dudas el conjunto "celeste y blanco" se fue rodeado de cariño, repleto de afecto, en un estadio que no se guardo nada y vibró al ritmo del duelo.
Bastó solo con ver los rostros, oír los cantos y admirar los colores, para entender que este país, volverá a soñar, como cada cuatro años, con esa oportunidad tan deseada, de volver a consagrarnos campeones del mundo.