Volver al ring después de 9 años
El sanfrancisqueño Diego Labasto de 38 años, personal Trainer y entrenador de Boxeo, volvió al deporte de sus amores y tras casi una década sin peleas, el kick boxing le dio una nueva oportunidad, para sentirse más vigente que nunca.
Hay amores que permanecen en el tiempo. No mueren, sino que entran en una especie de período de hibernación y respiran a través de una melodía, una carta, un recuerdo o una posibilidad que nunca se concretó. Y cuando ya se dan por perdidos, retornan y parecen revivir.
Esto, es lo que le ha pasado a Diego Labasto. Su roce día a día con el deporte, entrenar, el gimnasio y ver a jóvenes haciendo, lo que hizo hace diez años atrás, le provocó melancolía, una melancolía tan grande, que ante la primer propuesta para volver, pegó un salto y se montó sobre el ring nuevamente.
El regreso fue con derrota, insignificante a esta altura de la vida, donde con sus 38 años, lo más importante pasó a ser el desafío, el desafío de demostrar, que no hay edad que pueda frenar la pasión por algún deporte.
-¿Cuándo empezaste kick boxing?
Hace 11 años atrás, me surge la posibilidad de empezar a practicar Kick boxing, era chico, viajaba cada quince días a Córdoba, me capacitaba y entrenaba, hasta que empecé a pelear, llevó cuatro peleas ganadas, obviamente algunas pérdidas, pero fui uno de los primeros en traer este deporte a San Francisco, estuve casi dos años peleando, después dejé un tiempo atrás, regresé a entrenar e hice algunas peleas más, mientras iba peleando también iba dando clases, logré entrenar chicos importantes, a tal punto que como entrenador he sacado a un Campeón Argentino.
-¿Qué significa para vos este deporte?
El Kick boxing para mí es un deporte maravilloso, yo tuve la suerte de aprender de uno de los mejores entrenadores como Diego Visotzky, entrenando en Córdoba, este es un deporte muy interesante, que también forma como personas, acá en San Francisco hay muy buenos peleadores, pero pocos profesores que entrenen o estén capacitados para hacerlo, se nos complica por ahí salir a competir, pero hemos salido muchas veces, el King boxing es un espacio importante para mí, y para muchos chicos que lo integran, pelear o ser instructor en las dos cosas me siento cómodo y feliz.
-¿Por qué volviste a pelear?
-Regresé a pelear porque me siento libre peleando, uno se prepara y experimenta muchas cosas, a mí edad, pienso mucho más las cosas, cada golpe que he tirado siempre lo hice profesionalmente, por eso siempre me he sentido cómodo, regresar a pelear me hizo ganar una pequeña bolsa, que voy a donar, al Centro Vecinal Barrio La Milka, así lo siento, estoy muy contento, más allá del resultado.
-Nunca es tarde para volver a la pasión de siempre...
-La verdad es que deje de competir porque en ese entonces, después de tanto ir y venir, estaba un poco cansado, la decisión fue en conjunto con mis padres, mi papá viene de las artes marciales y el siempre me ha acompañado y aconsejado, en el 2007 tomé la decisión de dejar, cuando dejé empecé a cursar entrenador de boxeo, ya hace dos años que me recibí, siento mucho placer de haberme recibido de entrenador y estar capacitado para eso.
¿Fue duro prepararse y volver?
Me estuve preparando mucho, mucha gente alrededor me ayudo, Sergio Méndez me ayudó mucho, mejoré de un desgarro que tenía, después he bajado varios kilos, fue una preparación muy interesante, incluso tuve que trabajarme psicológicamente, creo que llegué bien.
-Todo regreso requiere de un inmenso apoyo del entorno...
-Estoy muy agradecido, a mi familia, a mi madre, a mí padre, a mi señora y mis hijos, a la gente que me apoyó, a Julián Fernández que me permitió regresar, a todos los que me ayudaron a entrenar, a todos ellos, muchas gracias, fue una dura pelea, pero que he disfrutado mucho, di todo lo que tenía que dar y no me arrepiento de nada, no me quiero olvidar de Sergio Méndez, a Equipamientos Taura, que me sigue dando una mano enorme, a mí y a mí equipo.